Dos de las industrias que recogen leche en la comarca dezana, Central Leiteira y Leche Celta, han roto los contratos que tenían firmados con los ganaderos hasta marzo y están dispuestas a renegociar estos convenios con un precio al alza, tal y como señaló ayer el secretario comarcal de Unións Agrarias, Román Santalla. A esta disposición de la industria a frenar la crisis del sector también se suma la empresa Reny Picot, que podría ya subir el precio de la leche cruda en el recibo de septiembre.

La respuesta de estas industrias se debe a los efectos del convenio que firmó el sector lácteo el pasado 23 de septiembre -y que, por cierto, la Unión de Pequeños Agricultores no suscribió- y que tendrá que empezar a aplicarse a corto plazo para que los ganaderos puedan percibir sus efectos y empezar a cobrar un precio lechero que realmente sea sostenible, y no 24 céntimos por litro. En relación a este tema, la directora xeral de Gandeiría, Agricultura e Industrias Agroalimentarias, Patricia Ulloa, confía en que tanto este acuerdo como la evolución mundial favorable del sector y la estacionalidad vayan a incidir en la recuperación del precio de este alimento crudo. Ulloa apunta que es necesario un análisis y un control estrictos de los costes y de los beneficios, buscando siempre aumentar los márgenes de producción.

Pero esta ampliación de márgenes no es posible si la industria no sube los precios. Y la industria apoya su política en base a lo que haga la distribución. Por este motivo, ayer se celebró en la sede de la Interprofesional Láctea (Inlac) en Madrid un encuentro con representantes de la distribución, en el que se acordó crear un comité de trabajo específico para este eslabón de la cadena alimentaria. En ese comité de trabajo, según explica Santalla, se analizarán de forma pormenorizada cinco cuestiones que figuran en el convenio suscrito en septiembre. Así, será necesario establecer una horquilla de precios que sirvan de frontera para discernir cuándo un litro de leche o un derivado lácteo está siendo banalizado y utilizado como producto reclamo o cuándo, por contra, sí se revaloriza en las estanterías de las tiendas de alimentación. La distribución también se muestra dispuesta a afrontar la posibilidad de identificación y etiquetado de los productos con el lugar de origen. Recordemos que a esta iniciativa se oponen países como Francia y Alemania, ya que si los alimentos no incluyen el lugar dónde se produjeron son más fáciles de vender en los mercados de otros países como España.

Campaña de promoción

En cuanto a los contratos lecheros, Santalla espera que esa subida de precios sea una realidad ya en la primera quincena de noviembre. "Parecen estar abiertos a negociar", indica el secretario comarcal de Unións. Por último, se analizará la cadena de valor de los alimentos lecheros y la promoción de los mismos, con una campaña que podría comenzar también en la primera quincena del mes que viene.