Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Inquilinos sin vivienda

Afectados de Construsilva vigilan el bloque de la calle C para evitar más destrozos o que escolares accedan a unos garajes sin cierres

Uno de los particulares muestra las puertas destrozadas y daños en una vivienda. // Bernabé/Luismy

Un grupo de particulares que compraron pisos en el bloque de la calle C de la concursada Construsilva acuden a diario al inmueble para evitar que se produzcan más destrozos en su interior o que niños del colegio cercano accedan a unos garajes que carecen de puertas. Esta promoción quedó sin rematar pues pilló a la promotora en concurso y el edificio carece de medidas de seguridad y es, solo cuando no lo impiden estas personas, un lugar frecuentado para hacer botellón. Tiempo atrás los compradores detectaron destrozos en sus viviendas, con puertas rotas y otros daños incluso dentro de las viviendas. Ante esta situación un grupo de tres afectados realizan labores de vigilancia casi las 24 horas para controlar que no haya actos vandálicos. "Tenemos un colegio al lado y si entran niños a los garajes y se lastiman puede haber un problema serio", señala uno de los representantes de los damnificados por este supuesto caso de fraude en la venta de pisos construidos por la sociedad lalinense. A tan solo tres días del juicio contra Construsilva un grupo de afectados se presentará esta mañana en la sucursal de Abanca de la calle Matemático Rodríguez para solicitar información de la entidad que aprobó préstamos a la constructora y que luego esta no amortizó, hipotecando unos bienes que habían acordado vender a numerosos particulares.

Los vecinos, que tienen el respaldo de los grupos políticos de Lalín, acudirán mañana a este edificio junto a sus familias y amigos a las 20.00 horas para mostrarles en qué situación están sus casas. El alcalde, Rafael Cuiña, prevé contactar hoy con el jefe de zona de Abanca para interesarse por un problema que afecta a una treintena de familias que podrían quedarse sin casa.

Compartir el artículo

stats