Llegó a Lalín siguiendo a su amor desde su tierra natal de la Mariña lucense y desde entonces forma parte del paisaje de la plaza de abastos de la localidad. Fundador de Prato_do, es uno de los ejemplos de los beneficios que aporta volver a los niveles de colaboración de antaño, cuando entre vecinos era habitual echarse una mano. En su tienda Ultra_Alimento se entienden los productos alimenticios como una transformación social y medio ambiental, primando el consumo de los productos del entorno más próximo al comprador.
-¿Cómo acaba un aparejador en experto alimenticio?
-La verdad es que a mi el tema de la alimentación y el tema del rural siempre me tiraron mucho. Al final, entendí que todo era lo mismo y, entonces, a día de hoy ando en distintas historias tanto relacionadas con la alimentación como a nivel de desarrollo rural o de potenciación de una forma de alimentarse en torno a una filosofía que es la de denominación de origen, como le llamo yo. Es hacer uso de los recursos humanos y materiales que hay en el entorno más próximo para, a partir de ahí, ensalzarlos.
-¿Cómo surgen iniciativas como Re-Aliméntate en Lalín?
-Eso fue posible por la unión de pensamiento entre Diego, del restaurante La Molinera, y yo respecto a lo de tirar de lo que hay. Con Diego ya había hecho antes lo de la "Praza en tapas" y demás cosas. Después hablamos entre nosotros y nos pareció importante hacer ese evento para que los cocineros de renombre se amolden a esa filosofía de la que te hablaba, aunque sólo sea por un día. Este año tenemos pensado dar un paso más en ese sentido. A ver si lo sacamos a la calle para que sea más visible.
-Recaló en Lalín por motivos personales, ¿se amolda un hombre de puerto de mar al interior?
-Es que si no fuera por amor no me veía aquí. No es por nada, pero pasar de Viveiro al interior no es nada fácil. Por supuesto, yo echo mucho de menos el mar. Y eso que yo tampoco fui surfista ni nada parecido, pero es verdad que, por ejemplo, en invierno visito mucho más el mar que durante el verano. Un paseo por la playa en uno de los días como los que está haciendo últimamente es algo bonito. En Lalín llevo unos cinco años y aún algún trabajo de aparejador haciendo tasaciones y valoraciones, también doy clases particulares de dibujo, matemáticas y física.
-¿Por qué las plazas de los pueblos de interior están menos animadas que las de los puertos de mar?
-A todas les falta algo de chispa y, en particular, a la de Lalín todavía le falta un poco más que algunas de otros pueblos de interior. Por eso surgió la idea de Ultra_Alimento como dinamizador de la plaza. Eso no quiere decir que lo que ya había no estuviera bien, pero pienso que a la plaza de Lalín le falta abrirse un poco más al público para que éste apueste por ella.
-¿El público dejó de ir a la plaza de Lalín o la plaza termino por "echar" a su potencial clientela?
-Yo ahí tengo una opinión formada por todas las historias que me estuvieron contando desde que llegué a Lalín. Creo que aquí no hay cultura de plaza porque Lalín es una villa reciente y nunca fue un núcleo como, por ejemplo, lo es A Estrada, donde la plaza funciona de otra manera. Allí, los miércoles y los sábados la plaza está llena porque hay mercado y la gente entiende que el mercado es ir a la plaza. Sin embargo, en Lalín los día de feria para la plaza son casi peores que los días en los que no hay feria. La gente ni entra. Es algo triste porque aquí no hay una auténtica cultura de plaza. De echo, yo en todo lo que hago lo concibo con la idea de que hay que crear esa cultura de una vez.
-¿Qué se puede hacer para crear esa cultura placera inexistente?
-Pienso que sólo se puede conseguir llamando al pueblo. Nosotros, a través de Ultra_Alimento, notamos que hay gente mayor que te dice que hacía años que no ponía un pie en la plaza. Después están los jóvenes que nunca había entrado en ella, por ejemplo. Ahora, mediante las actividades de dinamización de la plaza de abastos se va moviendo la cosa. De todas formas, en ese asunto todavía queda mucho por hacer tanto por nosotros como por el resto de la gente.
-¿Qué hábitos habría que cambiar para poder llevarlo a cabo?
-Yo aquí lo que veo es que hay muchísima cultura de grandes superficies. Pienso que eso responde a lo mismo de antes, como Lalín antes era una aldea y no fue una villa de toda la vida, la gente no asumía el hecho de que había mucha más vida en la aldeas. Por ejemplo, Donramiro era mucho más potente que Lalín y casi era más importante antes ir a la feria a Donramiro que ir al pueblo. Poco a poco, me imagino que esa cultura se irá creando. Pasa algo parecido con el tema de los domingos, cuando la Rúa Peatonal de Lalín está apagada y sin la cultura de ir a tomar un vino. Aquí hay otro tipo de culturas que a mi me parecen mucho más interesantes porque están vinculadas al rural, que son muy aprovechables.
-¿Por ejemplo?
-A mi lo que me agrada es aprender en Lalín de la cultura de la huerta. Aquí hay muchísima gente con una gran cultura de huerta. Los nietos saben, más o menos, lo que sus abuelos les contaron y así con todo, como las matanzas de cerdos, la tradición oral se mantiene de una manera muy viva. Ese tipo de tradiciones se ve incluso ene el tipo de cena de Navidad. Tengo visto en otras villas que la tradición del plato de bacalao con coliflor se está perdiendo, sin embargo aquí permanece muy viva. Ese bagaje cultural gastronómico se debe de aprovechar para volver a lo de antes, la filosofía de consumir lo cercano, como pensamos en nuestra tienda de Ultra alimento.
-¿Fueron previsores los consumidores lalinenses en estas navidades, por su experiencia personal?
-La gente, más o menos, suele prevenir estas compras, y más ahora que estamos en tiempos muy complicados para todos. Lo que veo es que hay mucha atención en el día a día. En este sentido, desde Ultra_Alimento hicimos muchos esfuerzos para que los productores bajaran los precios para que ese día a día se viera más fortalecido. La gente así se suele planificar mejor y no esperar tanto para comprar a última hora. Son cosas que hablamos mucho en la plaza.
