Los vecinos de Baroncelle y Alén, en la parroquia de Carboentes, cocían desde antaño el pan en un horno comunal que, con el paso del tiempo y el abandono de esta actividad, acabó siendo pasto de la maleza. Mientras las hiedras se adueñaban de la estructura interior, las lluvias derribaron el tejado y movieron las paredes. Hace más de un año, en febrero de 2013, y ante la necesidad de un local en el que realizar actividades formativas y de ocio, el alcalde Luis López optó por convocar una reunión abierta a los habitantes de las dos aldeas.

La idea era recuperar el horno, conservando en lo máximo posible su estructura original y al mismo tiempo permitiendo que pudiese utilizarse como local social. Ya en ese encuentro se decidió poner en marcha una agrupación vecinal que se encargase de solicitar ayudas para la rehabilitación así como de coordinar los trabajos del que pasa por ser "el horno más grande existente en nuestro municipio", como indica el propio regidor en el perfil social de Facebook Rodeiro Alcaldía. Se obtuvo una ayuda por parte de la Diputación de Pontevedra, específica para la recuperación de este tipo de inmuebles, y a continuación los vecinos consensuaron cuánto dinero debía aportar cada uno y qué tipo de trabajo podía realizar cada uno.

Había que retirar la maleza del entorno y del interior del inmueble, además de rebajar la cota de suelo en el interior para poder ganar altura. Los vecinos y la empresa Canadas se encargaron, también, de levantar las paredes que estaban tiradas, instalar el tejado y colocar las ventanas y la puerta. El tremendo cambio a que se sometió el horno, que pasó de ser un inmueble derribado a quizá uno de los mayores atractivos de estas dos aldeas, puede verse de forma detallada en el perfil social mencionado.

Así pues, una vez ya rehabilitado del todo, los lugareños de Alén y Baroncelle pueden recuperar la sana costumbre de cocer el pan en el horno, una tradición más que socializadora. Pero el inmueble también podrá utilizarse para encuentros vecinales, cursos o programación de actividades culturales. López agradece la implicación de todos los vecinos, el excelente trabajo de la firma Canadas y, sobre todo, la dedicación de la presidenta de la agrupación vecinal, Vanessa Fernández Aguiar,