Requián vuelve a despertar pasiones un año más con su tradicional romería en honor a la Virgen de los Milagros. Esta pequeña aldea de la parroquia estradense de Frades se convirtió un año más en el escenario de una fiesta que aúna fervor y diversión. La capilla que se ubica en medio de una carballeira despertó ayer para acoger a centenares de devotos que se acercaron en su día grande para escuchar una de las numerosas misas que se celebraron a lo largo de todo el día. Las más especiales fueron las rezadas en gallego, a las 11.00 horas, y la solemne, que se convirtió en la más vistosa, ya que la Santa salió en procesión aclamada por una larga cola de personas que decidieron desplazarse desde todos los puntos del municipio e incluso de concellos vecinos para venerarla en primera fila.

La música se tornó también ingrediente indispensable en esta romería. Aun así, este año la comisión optó por un pequeño cambio. La música de banda fue sustituida por la de dos charangas que amenizaron la jornada desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la tarde. Os Xirimbaos y BB+ hicieron bailar a todos aquellos que, tras participar en los eventos litúrgicos, decidieron hacer un hueco para el posterior almuerzo. El almuerzo, otra tradición más que hace de esta congregación popular una fiesta más que consolidada. Aunque el día amaneció con unas amenazantes nubes negras, los vecinos no se echaron atrás y se concentraron en las fincas anexas al campo de la fiesta para montar sus particulares picnics bajo un enclave natural paradisíaco. Otros optaron por comer en el toldo para saborear unas tapas de pulpo á feira, plato estrella de estas ocasiones. El alto número de comensales fue tan alto que hizo saturar a los camareros, que pidieron paciencia entre los clientes tras completar el 100% de su aforo.

Todo el que visitó ayer el santuario de Nuestra Señora de los Milagros de Requián fue testigo, así mismo, de la consolidación de la práctica del peregrinaje. Así, desde bien temprano se contaron numerosas personas que caminaban con rumbo a Requián. Además, en los últimos años se puso de moda la peregrinación a caballo, para la que existen otras rutas trazadas a través del monte, dignas de ver y admirar por los amantes de la naturaleza.

Todo suma para otorgar a la romería de los Milagros de Requián un ambiente de fiesta y fervor que en pocas parroquias se repite. Los vecinos de la zona lo resaltan como elemento clave y diferenciador de otras celebraciones de la zona. "Llevo viniendo con mi familia desde los siete años y siempre es espectacular porque no es una fiesta masificada y encuentras muy buen ambiente entre amigos y familiares", explicó Estrella Loureiro, una joven que llegó a Requián a caballo procedente del vecino municipio de Cuntis.