En un año, el Concello de Vila de Cruces ha conseguido recortar en un 60% la cuantía de las facturas pendientes de pago al final de cada trimestre, ya que cerró el mes de marzo con 15.057,44 euros aún sin pagar, mientras que en el mismo periodo del año pasado esta cifra se elevaba a los 47.220,54 euros. El gobierno que encabeza Jesús Otero también tiene a su favor que no acumula ninguna cuenta por servicios prestados con anterioridad a los últimos tres meses que esté sin reconocimiento de la obligación de abonarla.

Pero el motivo de este profundo recorte en cuanto a las facturas pendientes bien puede entenderse como consecuencia de la profunda caída de obras y servicios en el municipio. En el primer trimestre de este año no se recibió ninguna factura, dentro del periodo legal de ese trimestre, referida a servicios de material y suministro. Y la única que entró, fuera del periodo legal, es la de los citados 15.057 euros. Pues bien, en el mismo trimestre del año pasado, hubo hasta 79 operaciones para cobrar 64.322 euros dentro del periodo legal a final del trimestre, y otras 19 fuera del mismo, por valor de 37.129.

El descenso de la actividad municipal es aún más notable si vemos otros apartados. Hasta el 1 de abril, no se detecta ningún tipo de factura por obras de mantenimiento y reparaciones, y tampoco hay recibos por inversiones reales. Sin embargo, en 2013, el Concello tenía pendientes de pago por un lado 19 facturas (por 15.616 euros) que entraron dentro del periodo legal, y otras 12, por importe de 6.316, que se cursaron fuera de dicho periodo. En cuanto a las inversiones reales, el año pasado sumaron, en total, 3 facturas por importe de casi 10.000 euros.

Media de 32 días

Lo que sí mantiene prácticamente sin variación el gobierno cruceño es el tiempo medio que precisa para abonar las facturas pendientes: en el primer trimestre de este año fueron 32 días, solo uno más que en el mismo periodo de 2013, en cuanto a las facturas por material y suministro. En realidad, Vila de Cruces no rebasa, en ningún caso, los 40 días de plazo para hacer frente a pagos pendientes. Ya que no existen facturas del primer trimestre de este año, veamos las del primer trimestre del ejercicio pasado: el Concello tardó un promedio de solo 11 días en pagar servicios de arrendamientos y canon, 20 días en abonar otro tipo de pagos por operaciones comerciales o 39 en hacer frente a la satisfacción de inversiones reales.

Por otra parte, este ayuntamiento dezano no arrastra -tampoco lo hacía a comienzos de 2013- facturas pendientes por gastos en publicaciones o en trabajos realizados por instituciones sin ánimo de lucro. Tampoco se dan casos de recibos aún sin satisfacer derivados de gastos imprevistos.