-Se le ve pasión al hablar de su cocina ¿eso es algo adquirido o ya viene desde pequeño?

-No, desde que entré en hostelería. Hice un curso superior de restauración y realmente no estaba enfocado a la cocina. Te enseñan todas las partes de la hostelería: vinos, cocina, sala, mesas y mucha gestión. Allí descubrí que lo que me gustaba era la cocina. Cuando fui a hacer las prácticas al Porta do Camiño les pedí que me firmasen las prácticas de mi paso por todas la áreas pero realmente estuve siempre en cocina, porque veía que me faltaba mucho. Allí fui cogiendo soltura.

-Fins, Rey y usted, mucho chef joven estradense en puestos de importancia. ¿Una coincidencia?

-Coincidencia no. Antes seguro que ya había grandes cocineros aquí pero desde hace unos años se está prestando mucha atención a la cocina. Es una profesión que sale mucho en los medios y a la gente le gusta ver, conocer y probar cosas en casa que aprenden de los cocineros. Así como otras profesiones casi nadie habla de ellas. Ese auge hace que la gente nos conozca más.

-Creo que ese conocimiento público lo ha situado junto a sus dos compañeros de profesión como jurado del concurso de tapas del salmón.

-Me parece una gran idea. Agradezco a quien se acordó de mí para esto. Ir ahí para probar todas esas tapas es un honor y una oportunidad para aprender cosas nuevas. Para mí, una norma básica de la cocina es que de todo se aprende. Incluso la persona que trabaje en la taberna más humilde te puede enseñar algo.