Las playas fluviales y áreas recreativas de la comarca dezana comienzan a desperezarse del invierno. Los temporales los últimos meses han dejado paso a la primavera, que ha hecho brotar la vegetación, en la mayoría de los casos, sobre las ramas y piedras depositadas en la orilla. Una estampa poco acogedora para vecinos y visitantes, que comienzan a frecuentar estas zonas con la llegada del buen tiempo. Los Concellos son conscientes de ello y han empezado a acicalar sus parajes naturales más concurridos.

En Lalín, la playa fluvial de Pozo do Boi, en Vilatuxe, es el punto de encuentro de los bañistas cada vez que sube el mercurio de los termómetros. Los usuarios podrán disfrutar plenamente del espacio a mediados del próximo mes de mayo. Para entonces, el Concello prevé tener finalizadas las obras de mejora de la zona. Con una inversión de unos 150.000 euros, los trabajos que acomete la empresa Hermanos Millares incluyen la mejora del acceso rodado, la construcción de un vallado perimetral de madera en la carballeira anexa a la zona de baño, la plantación de especies árboles en la zona de descanso de los bañistas, la creación de senderos en la robleda, y la mejora de la accesibilidad para personas con dificultades de movilidad.

Pozo do Boi es la zona elegida por los dezanos cuando el calor aprieta. El gobierno local no ha vuelto a pronunciarse sobre el proyecto de construcción de una playa urbana en el lago próximo al auditorio municipal, que anunció el pasado enero. La propuesta se topó con más rechazos que apoyos entre la ciudadanía, que lo considera un gasto innecesario en tiempos de crisis.

La playa de A Carixa, en la parroquia cruceña de Merza, es otra de las predilectas en la zona, por su estado y servicios. El Concello recogerá, "en estos días", las hojas y ramas caídas y segará la hierba. "No hay muchos restos, porque el agua fue arrastrando todo", explica el edil de Obras, Andrés Lareu. Las piscinas no abrirán "hasta junio o julio", pero sí está operativo uno de sus dos chiringuitos.

Ponteledesma y Remesquide son las otras dos áreas recreativas cruceñas. En la primera, el caudal del río -a consecuencia del pantano- todavía cubre la isla a ciertas horas del día. En Remesquide, el Concello acometerá la limpieza de hojas "estos días", pues la afluencia de visitantes empieza notarse a partir de mayo.

Un referente es también la playa fluvial de Sanguiñedo, en el Concello de Dozón. El área acusa los efectos del invierno. Existen restos de vegetación y piedras amontonadas en las proximidades del cauce, que el Concello prevé retirar pronto. "Siempre hacemos una limpieza completa a finales de abril", explica el alcalde, Adolfo Campos. También será necesario rellenar de arena los márgenes para acondicionar un espacio para los bañistas.

En Agolada son dos las áreas recreativas, la de Carmoega, y la de Ponte Vilariño. La primera se encuentra en buen estado, si bien el Concello acometerá trabajos básicos de mantenimiento. Esperará unas semanas para hacerlo, debido a que en esta época la vegetación crece más deprisa, según explica el regidor, Ramiro Varela. En Ponte Vilariño, el Concello precisó actuar con una máquina el año pasado para recolocar unas piedras que se habían caído por efecto de las riadas. Según Varela, el pasado invierno no castigó tanto la zona, que también será revisada. La playa dispone de una caseta para utilizar como bar, pero ningún hostelero está interesado en abrirla, dada la presencia de cafeterías próximas. También existen aseos, cuya llave debe ser solicitada previamente en la casa consistorial.