A comienzos del presente siglo, los documentos civiles de los juzgados de paz solían encontrarse, por norma general, aparcados en algún rincón de los consistorios dezanos y sufriendo la amenaza de la humedad y la carcoma. Su recuperación se antojaba vital más que nada porque en estos documentos figuran tanto el registro de nacimientos, matrimonios y defunciones con datos incluso anteriores a 1870 -año en que se pusieron en marcha los juzgados de paz- de todos los concellos dezanos salvo el de Lalín, que dispone de juzgados de primera instancia e instrucción.

Son, en total 628 libros referentes al registro civil y a los juzgados en los que también figuran, aunque en menor extensión, datos sobre la adopción o el reconocimiento de hijos ilegítimos. En el apartado, digamos, estrictamente judicial, se puede consultar cuestiones como asuntos criminales o datos de elecciones. Los técnicos de la Diputación dejaron constancia de la abundante pérdida de documentación en el juzgado de paz de Agolada (con información civil desde 1868 y criminal a partir de una década más tarde). Agolada, por cierto, se integró en el juzgado comarcal de Rodeiro entre 1945 y 1953, el mismo período en que Dozón quedó absorbido por Lalín. En esos ocho años, los juzgados de paz de Silleda y Cruces también adquirieron la categoría de comarcal.