El agro gallego vive una situación de permanente crisis que, en esta comarca se percibía esencialmente en el ganado vacuno. Pero ahora el sector del porcino también alerta que una serie de condicionantes están provocando que los productores entren en pérdidas, que el sindicato Unións Agrarias cifra en unos 3.500 euros anuales para una granja de un millar de cabezas de cebo.

Los factores que condicionan la viabilidad de parte de las 400 explotaciones de Deza y Tabeirós-Montes son el incremento de los costes de producción, el menor flujo de animales al mercado y la nueva normativa de bienestar animal que obliga a realizar inversiones de decenas de miles de euros en las explotaciones. El portavoz de Gandeirías Intensivas de Unións, Javier Iglesias, reconoce que la norma que establece las medidas de los boxes de los cerdos y la extensión de otras dependencias de las granjas es de rango comunitario y es favorable a que se aplique. No obstante, reconoce que existen casos en los que algunos productores han tenido serias dificultades para soportar esta inversión. En otros casos los ganaderos han desistido y optado por cesar en esta actividad y solo los que tienen capacidad económica o explotaciones de reciente construcción pueden defender sin problemas su negocio. Esta normativa entrará en vigor el 1 de enero, e Iglesias espera que la administración sea, en parte, permisiva con la misma. A este revés se ha sumado recientemente el encarecimiento de los costes de producción debido básicamente a dos factores. Por un lado el incremento de los piensos atenaza a los productores y por otro, éstos ven como el flujo de salida de animales de cebo se ha ralentizado. Ello se debe a que la industria tarda más tiempo en recoger los cerdos para la venta en las granjas, cuestión que obliga a los ganaderos a hacer frente a un suplemento de gasto extra. La práctica consiste en que, por ejemplo, los animales antes salían de las explotaciones con 90 kilos y ahora no lo hacen hasta los en torno a 105. "Esta desviación supone pasar de 21.000 a 17.500 euros la facturación media de una granja de un millar de animales", explica Javier Iglesias.

Esta problemática afecta en la zona a muchos productores, una vez que en las en torno a 400 granjas se contabilizan -según datos de la Xunta de hace solo tres meses- un total de 243.225 animales, aunque cerdos de cebo son exactamente 227.140. La comarca dezana es claramente la que más número de explotaciones y ganado porcino tiene, en concreto 233.365. En Dozón se contabilizan 54.958 cerdos de cebo y 2.000 madres; 55.387 y 750 respectivamente en Rodeiro, mientras que en Silleda hay 74.174 animales de cebo y 6.237 reproductoras. En Lalín se registran 46.370 y 2.736; 9.996 y 1.620 en Agolada y en Vila de Cruces hay 4.585 cabezas destinadas a engorde y venta y 579 hembras.

El peso de esta industria, ya prácticamente en manos de firmas como Nucamsa, Nudesa o Coren, es mucho menor en Tabeirós-Montes. Así, en A Estrada constan 5.547 cerdos de engorde y 1.753 madres y 2.150 y 410 respectivamente en Forcarei. Cerdedo carece, según este informe, de explotaciones porcinas.

Unións dice que la industria estafa a los productores lácteos

El secretario xeral de Unións Agrarias, Roberto García, acusa a Xunta y Ministerio de Agricultura de "bendecir la estafa continuada de la industria a los ganaderos" de leche. Así interpreta el resultado de la reunión del martes con el ministro Miguel Arias Cañete, el sindicalista, que compara al titular de Agricultura con "Pilatos, dejando a los ganaderos en las manos de la buena voluntad de la industria, algo totalmente irresponsable", dice. García entiende además que retrasar a mediados de septiembre "cualquier tipo de iniciativa" confirma que tanto el ministerio como la Xunta "pretenden ganar tiempo, un tiempo que no tienen las explotaciones gallegas que cada mes pierden 13 millones de euros".

Unións Agrarias exige al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que convoque al sector de la distribución para rematar con prácticas como las de las áreas comerciales que emplean la leche como producto reclamo. "La Xunta tiene todas las competencias en la mano para controlar la entrada de leche a precios por debajo de lo que se paga en Francia, por ello Unións Agrarias espera que el gobierno gallego haga algo más que mandar cartas al Ministerio de Agricultura" para tratar de atajar una práctica que está ahogando al sector lácteo. Y anuncia protestas si no se atienden las demandas.