Hace años, era frecuente que los gimnasios se atiborrasen a partir de la primavera de usuarios ávidos de eliminar aquellos kilos de más y poder lucir tipo en la playa. Una vez pasado el verano, volvían a los hábitos sedentarios, hasta la primavera siguiente. En Deza, poco queda de esta ancestral costumbre. "Hoy, la gente está más concienciada de que el ejercicio físico es una inversión a largo plazo, porque en dos meses poco se puede hacer para lograr el cuerpo deseado", explica Antonio Riádigos, director gerente del gimnasio Di Som.

Por eso, la operación bikini no comienza en mayo, ni siquiera en abril, sino a comienzos de año o incluso cuando termina el verano, entre septiembre y octubre. "Lo que sí nos piden los usuarios, de cara al verano, es información concreta sobre lo que quieren conseguir, ya sea una pérdida de peso, quemar calorías o aumentar su masa muscular". Idéntica es la situación en el Lalín Arena, , donde en los meses previos a la temporada de arena y sol hay mayor afluencia a determinadas actividades como aerobox, bodytonic y otras disciplinas deportivas que permiten quemar calorías y modelar el cuerpo.

Vida sedentaria

Pero de nada sirve si el ejercicio físico no va acompañado de una dieta sana y equilibrada. "Cuando un adulto hace ejercicio durante una hora, quema 500 calorías. Pero, si se come una palmera de chocolate, está ingiriendo 475", explica Riádigos. De ahí que sea tan necesario insistir en que una dieta no es un sacrificio, sino un estilo de vida, sobre todo para los más jóvenes. "Existe un índice de sobrepeso infantil alarmante, más que nada porque los niños de ahora hacen una vida muy sedentaria: van y vienen del cole en coche, durante los recreos no juegan como antaño y, por la tarde, se quedan en el sofá en vez de salir a la calle a jugar con sus amigos", relata el responsable de Di Som. Desde la tienda de Dietética Mandel también se insiste en que es preferible ´ignorar´ las grasas saturadas y comer variado, primando siempre las frutas y verduras. "Los mayores, a veces, no somos conscientes de este problema en los niños", indican desde esta tienda lalinense.

Este local abrió hace 18 años y a él han acudido clientes que "buscan un producto milagroso, porque quieren adelgazar pero sin sacrificio. Una dieta de un mes no sirve para nada, porque se pueden perder cuatro kilos pero, al abandonarla, pueden engordarse otros seis", explican desde esta empresa. El establecimiento dispone de productos naturales que ayudan a perder peso mediante la eliminación de grasas en determinadas partes del cuerpo –en función del sexo del cliente– o que combaten la retención de líquidos. La venta de estos productos, al igual que la afluencia a los gimnasios, se mantiene en la misma línea a lo largo de todo el año.

Los tratamientos en cabina están al alza

En farmacias y centros de belleza están disponibles, de cara al verano, cremas reductoras, anticelulíticos, bronceadores y toda una gama para lucir perfectos... Un ejemplo de ello es la marca sueca Oriflame, que ya cuenta en Lalín con un equipo de siete vendedoras –coordinadas por Marisol Antón– y que la próxima semana tendrán un curso formativo sobre estos nuevos productos.

Una veterana de estas cuestiones es la perfumería Hortensia, en plena peatonal de Lalín. En estos meses, aumenta la demanda de tratamientos para mantener a raya la celulitis, mediante combinaciones de, por ejemplo, biocabitación, biolipólisis y biofrecuencia, para evitar que la persona vuelva a engordar. También tiene gran éxito el láser soprano "un láser diodo de última generación que no produce dolor y puede aplicarse sobre piel bronceada", explica Hortensia Rielo, alma mater del centro.