Más que la superficie de monte o arbolado quemada en los últimos días, los dezanos comienzan a estar acostumbrados a la indeseable experiencia de convivir casi a diario con las llamas que pueden divisarse desde muchos puntos de la zona. Pese a que cada vez la población es más sensible con este tipo de atentados contra el medio ambiente, todavía no existe un compromiso serio en denunciar los casos de incendios provocados que, en esta zona como en el resto de Galicia, suelen ser intencionados.

En parroquias como A Baiña, Berredo, Borraxeios o Eidián es frecuente en los últimos meses ver a brigadas, aviones y helicópteros sofocando las llamas de incendios con varios puntos de origen, lo que hace que sea más que sospechoso que se produzcan de forma fortuita. La vigilancia es una de las formas de combatir esta auténtica lacra para los bosques dezanos, uno de sus principales atractivos, y la escasez de personal encargado de realizar este cometido hace que algunos vecinos se pregunten si, para sofocar un conato o un fuego de dimensiones reducidas es necesario movilizar a cuatro aviones y uno o dos helicópteros a la vez. La labor de coordinación y preventiva que acabe con el arresto de los delincuentes es una tarea siempre compleja, pero según los expertos la más eficaz para que el trabajo de los brigadistas no caiga en saco roto.

De hecho, de los seis fuegos o conatos registrados el domingo en Rodeiro, Dozón y Agolada, quedaron controlados poco después. A última hora de la tarde Medio Rural confirmó que las llamas habían sido sofocadas, pero las altas temperaturas y la imposibilidad de atender todos los operativos con la eficacia deseada provocó que en la mañana de ayer se reavivase el principal incendio del domingo; en concreto el registrado en la parroquia de As Maceiras, en Dozón, donde volvieron a arder 1,56 hectáreas de monte raso. Según datos oficiales, el fuego se reprodujo a las 9.00 horas y quedó controlado algo más de una hora después. Fue necesario movilizar un avión, un helicóptero, dos motobombas, dos brigadas y un agente. También volvió a arder uno sofocado en Rodeiro, aunque la superficie se desconoce. En As Maceiras ya habían ardido tres hectáreas de monte raso y media de arbolado, en cuyo operativo intervinieron, al margen de medios humanos, cuatro aviones y dos helicópteros. Y en la parroquia lalinesne de Barcia ardieron, por la tarde, 0,6 hectáreas de monte raso, según datos de la Xunta.