El gobierno lalinense admite que empleó parcelas del Agro de Lalín de Arriba como vertedero temporal de restos de demoliciones y obras municipales, algo que contraviene la normativa de tratamiento de este tipo de residuos sólidos entre los que hay materiales con compuestos contaminantes como el asfalto o tuberías de plástico. El concejal de Obras e Servizos Comunitarios, Camilo González Bodaño, indicó ayer que esta zona fue empleada por el concello "provisionalmente" mientras la urbanización no estuvo finalizada como "depósito de restos dalgunhas obras que se acometeron no casco urbano".

El concejal señala que en estas fincas se depositaron "grandes cantidades de terra e tamén de materiais de obras" que, estima, fueron necesarios para acometer el nivelado de los predios e indica que la tierra se empleará para aplicar una rasante uniforme a las propiedades y el resto de los materiales serán retirados para su tratamiento. Además, señala que "desde hai uns días" una retroexcavadora trabaja en las parcelas del Agro de Lalín de Arriba para separar los áridos y restos de obras de la tierra "que se empregará para rasantear as fincas desta zona de expansión lalinense". Y reitera que el proyecto de desarrollo de este plan parcial, en el que participa el concello y un grupo de propietarios, ya preveía un importante movimiento de tierras "habida conta do grande desnivel existente e que facía necesario o seu recheo".

Pero el gobierno local obvia pronunciarse sobre las insistentes reclamaciones de algunos antiguos dueños de fincas, ahora integrados en una comunidad de propietarios para el aprovechamiento urbanístico del suelo aportado, quienes denunciaron el lunes en FARO que habían advertido al concello varias veces en el último año de esta situación irregular. Curiosamente, durante la mañana del lunes, operarios de Protección Civil colocaron unos carteles en algunas fincas en los que se aludía a la prohibición de tirar escombros, algo que sí había permitido la propia administración municipal y que ahora admite. Los afectados advirtieron asimismo que en los últimos meses habían detectado el vertido de hormigón, asfalto, restos de aceras, piedras o incluso carteles publicitarios y de obras. Y, en todos los casos, apuntaron que maquinaria pesada cubría con tierra estos acopios; algo que estiman ilegal y más si cabe que sea respaldado por una administración pública que conoce los hechos a través de los vecinos. Varios propietarios de esta urbanización próxima al colegio Manuel Rivero se pusieron durante estos meses en, al menos cuatro ocasiones, con el concello sin que sus quejas fuesen atendidas.