Con motivo de la celebración, hoy, del Día del Trabajo, los sindicatos alertan de la progresiva pérdida de puestos de empleo en la comarca dezana en el último año, agravada sobre todo por el cierre de Toypes y los Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de Montoto y de Industrias González. A estos casi 240 puestos de trabajo menos hay que sumar los goteos que, día a día, se producen en las pequeñas y medianas empresas. Así se explica que "haxa na oficina de emprego de Lalín uns 1.500 demandantes de traballo, o cal debería preocupar aos poderes locais", según Rafael Iglesias, de CIG Correos.

Ningún sector se salva del temporal en el Deza, aunque ésta haya llegado a la comarca un poco más tarde que en el resto de Pontevedra. "O Deza xa tiña antes da crise un nivel de ocupación máis alto que noutras zonas da provincia, e de aí que as consecuencias da crise tardasen máis en notarse, pero agora esta zona está na mesma mala situación que o resto", apunta el responsable comarcal de Comisións Obreiras, José Luis Pedrosa. Mientras algunas pequeñas y medianas empresas pactan el cierre con su plantilla, otras van aguantando el trance gracias al retraso de las nóminas o al recorte de éstas. Los trabajadores, por su parte, renuncian a coger bajas laborales, porque ni siquiera un contrato indefinido garantiza el futuro. "Aínda que a meirande destrución do emprego se deu nos contratos basura, cando unha empresa vai mal, primeiro non renova os contratos, e despois acaba por negociar un ERE e isto afecta incluso aos contratos fixos", apunta el secretario comarcal de UGT, José Castro.

Los tres sindicatos van por separado en este primero de mayo, ya que Comisións Obreiras y UGT suscriben el mismo manifiesto, mientras que la CIG presenta uno propio, y mientras una quincena de representantes comarcales de los dos primeros sindicatos acudirán a la protesta en Santiago, medio centenar de afiliados a la CIG en la zona participarán en la marcha en Pontevedra. Sí coinciden, sin embargo, en que la crisis todavía no ha tocado techo. y que la situación económica de la comarca es mucho peor que la del año pasado.

La implicación de la banca

Las sindicales también cuestionan las políticas económicas de los tiempos de bonanza. "Cando había beneficios económicos, estes investíronse no patrimonio persoal dos empresarios. De ahí que esixamos medidas de reforma laboral mediante as que unha porcentaxe dos beneficios teña, por lei, que reinvertirse na empresa", propone Pedrosa.

Mientras, Castro culpa a la banca de la situación financiera de varias empresas de Lalín que, si bien disponen de patrimonio personal, no pueden hacer frente a sus problemas de liquidez. Ocurrió con Montoto y con Industrias González, por lo que "a banca agora tería que axudar á sociedade, porque saiu da crise grazas ao diñeiro de todos. Non se poden capitalizar as ganancias e socializar as perdas", concluye.

Por último, aunque los derechos de la mujer sí están garantizados por la Seguridad Social (bajas por embarazo de riesgo o maternidad), Castro insiste en que aún sigue el pie el lema "A igual traballo, igual salario".