Galaurea, la firma adjudicataria del Servizo de Axuda no Fogar (SAF) de Lalín, sale al paso de las críticas de los sindicatos respecto a las irregularidades salariales de las 12 personas que la empresa subrogó tras asumir la prestación. La coordinadora de este servicio, Marta Blanco, asegura que parte de estas trabajadoras, cuando desempeñaban sus funciones bajo la Asociación para a Protección dos Anciáns de Lalín e da súa Comarca (Apalc), "tenían nóminas elevadísimas, que no se correspondían con sus trabajos para el concello, porque realizaban servicios privados dentro de la propia residencia que figuraban como complemento en desplazamientos". Algunas, incluso, recibían pluses por sus tareas de atención a usuarios con cheques asistenciales. De ahí proceden los 200 euros que no perciben con Galaurea, centrada sólo en trabajos del concello.

Blanco, que aclara que de las 12 empleadas subrogadas, son en torno a la mitad las que "piden emolumentos que no figuran en el convenio" también expone que, al traspasarse el servicio, Galaurea acogió a la docena de empleadas de Apalc "respetándoseles la antigüedad y pagándoles el desplazamiento", a través del abono de los kilómetros registrados pero no del tiempo que transcurre entre ir de una casa a otra, puesto que esta cuestión ya entra en las horas de trabajo. Galaurea precisa que, de esas 12 personas, tres se dedicaban en realidad a cubrir las vacaciones, de modo que dos de ellas se repartían los días libres de otra persona y una tercera "no tenía ningún tipo de servicio y, aún así, la aceptamos y la tuvimos una semana sin función, para no dejarla en la calle". Esta persona tiene ahora casi un trabajo de jornada completa y, paradójicamente, es una de las que reclama mejoras. De las nueve personas restantes, dos estaban de baja laboral -una todavía continúa- mientras que, del resto, tres tenían un contrato fijo.

Marta Blanco replica también la versión de los sindicatos sobre el encuentro del jueves, ya que "en ningún momento afirmamos desconocer que había irregularidades, sino que hablaríamos con la gestoría. Cuando se nos adjudicó el servicio, el Concello de Lalín nos pidió rigurosidad. Pero durante cuatro años, los sindicatos permanecieron callados cuando el servicio estaba bajo la tutela de Apalc". Por ello, desde Galaurea se incide en que tendrá que organizar un curso que les conceda el título homologado por Traballo, puesto que las trabajadoras sólo han realizado cursillos, "y la carencia de esa formación básica se nota cuando trabajan", recalca.