El anuncio del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, de rebajar un mínimo de un 25% el peaje de la AP-53 entre Dozón y Santiago no satisface a los dos partidos de la oposición. PSOE y BNG coinciden en calificarla de reducción "pírrica", en reclamar su gratuidad y en acusar al PP de engañar a los ciudadanos. Por su parte, el alcalde, José Crespo, efectúa una valoración "francamente boa" de la primera visita institucional de Feijóo.

En esta línea se manifestaba ayer el portavoz de Obras Públicas del grupo parlamentario de los socialistas de Galicia, Pablo López Vidal, al tachar de "migallas" el anuncio de rebaja y exigir a Feijóo "que sexa ambicioso" y elimine una tarifa impuesta por su partido; "deben asumir agora a responsabilidade de rectificar", apostilla. El diputado recuerda que la Xunta hizo un préstamo a fondo perdido –sin derecho a devolución– al Ministerio de Fomento para construir una infraestructura propiedad del Estado, por lo que "os galegos pagamos dúas veces [por esta autopista], unha na súa construcción e agora a través dunha das peaxes máis altas do país". "E agora o PP quere que paguemos unha terceira vez", proclama el portavoz del BNG local, Francisco Vilariño, que estima que cualquier rebaja debería ser asumida por Fomento, no por la Xunta.

Vilariño se refiere a la reducción del peaje como "o timo da estampita" y su homólogo socialista, Manuel González Aller, habla de "engano", pues "comezaron falando de supresión, logo do 50% e agora quedámonos co 25% para os que van e volven no mesmo día". Para los socialistas, esta decisión supone un varapalo para el alcalde, a quien "parece que se lle quitaron repentinamente as gañas de protestar por esa peaxe abusiva que eles mesmos crearon". Aller detecta injusticias en la medida, ya que alguien que vaya a las 11 de la noche a Santiago –a urgencias, por ejemplo– y vuelva de madrugada no podrá beneficiarse del descuento. "Están obrigando aos usuarios a utilizala para obter máis descontos", apunta Vilariño, que –como hizo su partido en el Parlamento español y hará en el gallego– pregunta cómo están las negociaciones Xunta-Estado para obtener la cesión de la titularidad de la vía. En cualquier caso, insiste en que debe tenderse a la supresión del peaje, "polos condicionantes que tén": Ya fue pagada en su día con fondos autonómicos –caso único en España– y no existe una alternativa válida, puesto que la reforma de la N-525 sigue parada.

Una vez que supere los 7.000 vehículos diarios (6.200 hubo en junio) y antes de 50 años, la concesionaria de la AP-53 deberá devolver al Estado los 60 millones de euros que Fomento puso para la obra. Según desveló ayer Crespo, la Xunta aspira a obtener estos ingresos junto con la titularidad de la autopista, ya que carecería de sentido que el Estado cobrase por una vía que no es suya. De lograr estos ingresos, la Xunta tendría más margen de maniobra a la hora de abordar una rebaja más amplia.