El alcalde de Lalín, Xosé Crespo, que tenía casi decidida la reapertura total al tráfico de la calle Colón si contaba con el apoyo de comerciantes y taxistas de la zona, está madurando una solución intermedia para el futuro de esta rúa en el próximo plan de tráfico con el fin de no enfrentarse al resto de colectivos económicos y políticos. En todo caso, esta salida que medita el regidor local pasa por no realizar ninguna variación en esa calle y mantener su estado actual, es decir, con acceso exclusivo para carga y descarga y para los taxistas.

Aún así, la asunción por su parte de las competencias de tráfico sí que sirve para mantener diferencias con respecto a su antecesora, la concejala Nuria Rodríguez, que pretendía cerrar la calle a cal y canto para convertirla en un espacio exclusivamente peatonal. Crespo abogaba inicialmente por la reapertura total al tráfico y ahora está virando hacia la solución intermedia actualmente vigente, pero difiere completamente de la postura de la antigua edil, que había sido aplaudida por los demás grupos municipales, las dos asociaciones de comercio y la patronal dezana.

En este sentido, cabe señalar que fuentes asistentes a la reunión del plan de tráfico convocada el pasado año por Nuria Rodríguez admitieron que, ante la propuesta de la edil, el alcalde fue el único que apoyó abiertamente la apertura y se opuso a la respaldada decisión de la edil. Ahora, y con un cese de competencias por el medio, Crespo parecía dispuesto a poner en marcha su propia decisión con el apoyo de los comerciantes de la zona y los taxistas.

No obstante, todo apunta a que dará marcha atrás ante la presión de partidos políticos y colectivos económicos, que no ahorraron críticas a la postura del regidor en la reunión de hace algunas semanas. Crespo puso de acuerdo a CCU Quilómetro Cero y a Fórum Urbano, algo casi inaudito, y se ganó el mayor reproche de la Asociación de Empresarios de Deza (AED) en muchos años. Además, algunos comerciantes de esta “zona cero” de la humanización, especialmente los de las galerías, no quieren que la calle esté abierta al tráfico, ya que ello impediría que las furgonetas de carga parasen cerca de sus negocios. Por ello, prefieren la situación actual, algo que está siendo tenido en cuenta por el alcalde.

Así, la calle Colón sigue en su “montaña rusa” particular. Hace un año casi tenía echado el candado por la decisión de Nuria Rodríguez en favor de la peatonalización y hace pocas semanas parecía abocada a la reapertura al tráfico por la apuesta de Crespo. Ahora, todo apunta a que la rúa seguirá como hasta la fecha, sin tomar decisiones que levanten contestación social por parte de ningún bando.

Eso sí, todo está pendiente de la aprobación del plan de tráfico, que ya acumula 14 días de retraso sobre lo anunciado.