Ana Cela / A ESTRADA

Se lo huele. El jabalí está demostrando en A Estrada tener más que agudizado su sentido del olfato. Cazadores del coto de A Rocha se resignaron durante el fin de semana a perder horas de sueño para intentar pillar in fraganti a este animal salvaje, de espíritu y apetito, "atracando" las fincas vecinas, como si de la tentación de la nevera a medianoche se tratase. Sin embargo, estas esperas nocturnas autorizadas por la Consellería de Medio Ambiente no han tenido todavía el efecto aguardado y aún no se logró apresar a ninguno de estos animales, que se mueven por la zona en numerosos grupos.

Lejos de dejarse intimidar por la presencia de los cazadores, el jabalí optó en la noche del domingo por aguardar a que estos vecinos abandonasen la guardia y decidiesen retirarse a sus casas para meterse sin miramientos entre pecho y espalda una finca de maíz recién plantado en la parroquia estradense de Lamas. Y se quedó tan ancho. El único consuelo que quedaba ayer es que el atracón pudo haber sido mayor, ya que la finca en la que irrumpieron estos jabalíes es la misma en la que había estado largo tiempo aguardando una cuadrilla de cazadores. Quizás, al detectarlos, el animal decidió aguardar una retirada y, antes de ser sorprendido por la luz del día, se llevó por delante todo cuanto pudo, sin ningún pudor.

El tecor tiene autorización para continuar realizando estas esperas nocturnas hasta el día 30. En ellas participan una decena de cazadores distribuidos en cinco cuadrillas de dos integrantes cada una. Aunque las grandes dosis de paciencia y la siempre difícil lucha contra el sueño no han tenido hasta el momento recompensa, estos cazadores no cejarán en su empeño de echar una mano a los vecinos, cansados de ver cómo el esfuerzo, el dinero y las largas horas de trabajo que invierten en sus fincas amanecen aniquiladas . No obstante, se aguarda que las batidas que se pretende solicitar de cara al mes de julio alcancen el efecto deseado. Mientras, cada noche en que estos cazadores intentan sorprender al jabalí haciendo de las suyas, la sabiduría popular vuelve a ratificar su acierto cuando dice que el que espera siempre desespera.