La antaño alabada y productiva unión empresarial en el Concello de Lalín se está resquebrajando precisamente en uno de los momentos más difíciles para las industrias por la fuerte crisis económica que azota la comarca y el resto del Estado. El pasado y el presente de la Asociación de Empresarios de Deza (AED), escenificado en el ex presidente José Ramón González y el actual mandatario José Luis Vila, se está distanciando y con ellos el propio tejido industrial del municipio.

Su relación inicial era aparentemente buena, ya que González dejó la presidencia de la patronal y apadrinó a Vila, al que incluso acompañó en su primera directiva como vocal. No obstante, el paso del tiempo ha ido agriando la relación, sobre todo por las impresiones que cada uno tiene sobre la actual crisis económica, así como por las consecuencias que se derivarán de la misma.

Cuando estalló el caso Proinsa, la patronal tenía la intención de emitir un comunicado general sobre la situación en el que se iba a criticar la cerrazón de los bancos a la hora de conceder financiación. Finalmente, el colectivo dirigido por Vila reculó y fue el propio González, apoyado en un grupo de empresarios, quien lanzó la queja contra la actitud de las entidades financieras en estos momentos.

Además, González se encontró solo a la hora de liderar el movimiento de los acreedores afectados por el caso Proinsa, ya que la AED nunca se posicionó ni echó una mano en este asunto. Así, ambos se fueron distanciando, algo palpable en su propio análisis de la crisis. Por un lado, González habla de una situación dramática y se queja de que ni las instituciones ni las administraciones están buscando una salida. Mientras, Vila cree que hay una situación económica adversa, pero no la considera especialmente grave, sobre todo si se compara con otras crisis vividas hace años. Eso sí, ambos coinciden en que gran parte de la culpa radica en las condiciones más duras que están aplicando bancos y cajas.

Otro dato que revela la distancia entre ambos se percibió el pasado miércoles, en la comparecencia tras la segunda reunión de los afectados de Proinsa, ya que González evitó citar a la AED entre los organismos que no están buscando soluciones a la crisis, pero no esquivó al colectivo que llegó a presidir porque piense que carezca de responsabilidades. Lo hizo porque era un ámbito en el que no quería entrar, posiblemente para no incendiar la polémica.

Esta situación de enfrentamiento entre las dos únicas personas que han presidido la fortísima AED -la patronal con más socios de Pontevedra y la tercera de Galicia- puede vivir un nuevo episodio en la asamblea de mayo. Una cita electoral que ya cuenta con la segura candidatura a la reelección como presidente de José Luis Vila.

No obstante, es posible que la fecha no sea especialmente significativa, ya que los derroteros de González apuntan a otra vía. Cada vez coge más fuerza por Lalín la posibilidad de que se cree otro colectivo de empresarios, aunque por supuesto no hay confirmación oficial de una noticia que daría total escenificación al distanciamiento.

Esta vez, ante la crisis, los empresarios lalinenses ya no pueden recurrir a su unión.