En 2 de julio expira la concesión del servicio de recogida de basura y limpieza viaria de Vilagarcía que el Concello tiene adjudicado a Cespa desde hace más de dos décadas. El gobierno de Tomás Fole amplió en 2015 el contrato con la empresa durante tres años más sin posibilidad legal de una nueva prórroga. Por tanto el Concello debe convocar un nuevo concurso en el que está trabajando la Concejalía de Medio Ambiente que dirige Lino Mouriño.
Además de una previsible mejora del servicio más costoso del Ayuntamiento, el nuevo contrato de la basura supondrá un ahorro para las arcas municipales. Según el borrador inicial del Presupuesto de 2018 (todavía abierto a modificaciones), el Concello gastará 2.717.578,37 euros en el canon de la recogida de residuos frente a los 2.879.461,92 presupuestados en 2017, lo que se traduce en una reducción superior a los 160.000 euros.
En el apartado específico de limpieza de contenedores, el borrador del gobierno socialista no recoge para este año cantidad alguna, mientras que en 2017 se consignaron casi 114.500 euros. Ocurre lo contrario que en el apartado denominado "Limpieza y aseo. Contrato limpieza viaria" para que el que se estima un desembolso de 366.666,67 euros y sin embargo durante el ejercicio anterior no se presupuestó nada.
La limpieza de calles, recogida y tratamiento de la basura supone para el Concello de Vilagarcía un gasto de más de 4 millones de euros. Y es que al canon que anualmente cobra Cespa por el servicio hay que sumar el que Ravella abona a Sogama, que en 2018 se incrementa en más de 100.000 euros al pasar de los 1.068.888 euros del Presupuesto de 2017 a 1.175.000.
En cuanto a la tasa que los vilagarcianos pagan al Ayuntamiento por la recogida de basura, el año pasado alcanzó el montante de 2.854.486,5 euros, una cantidad que se incrementa en 2018 ligeramente hasta los 2.919.105,65 euros, según el borrador del Presupuesto municipal que está pendiente de aportaciones de la oposición para cerrarse y que probablemente se llevará a pleno en febrero.
En 2015 el anterior gobierno local dirigido por el Partido Popular aprobó en solitario la última prórroga a Cespa. A cambio de esta ampliación del contrato la empresa se comprometió a realizar mejoras y servicios valorados en 145.000 euros anuales. Así, la empresa incorporó a sus zonas de limpieza los parques de A Coca, Cavadelo, Centenario, Miguel Hernández y zona TIR. También se encarga de retirar los restos del botellón los sábados, domingos y festivos en estos espacios y en el entorno del Auditorio y la playa de A Concha. Estas tareas las desempeñaban hasta la firma de la prórroga en 2015 operarios de Jardines -de lunes a viernes- y la extinta brigada municipal -el fin de semana- que integraban empleados de Obras, Jardines, Electricidad y Medio Ambiente.
Como compensación a la prolongación del contrato durante tres años (de 2015 a 2018), Cespa también asumió la limpieza de los baños de las playas, así como del recinto de Fexdega, de los eventos o festivales "extraordinarios" y de las zonas frecuentadas por perros, según la información facilitada por el gobierno popular por aquel entonces. Las mejoras también habrían llegado al rural vilagarciano, con barrido y baldeo de aceras en Bamio, avenida de Pontevedra y de Rubiáns.
