En las bodegas se trabaja a máxima potencia, tanto si la vendimia ha comenzado ya como si está a punto de hacerlo. Pero esa intensidad en los trabajos de recolección y vinificación, que constituyen la culminación de todo el ciclo productivo, no dejan de lado a la otra gran apuesta del sector vitivinicultor: el enoturismo.
Es por ello que a pesar de encontrarse en plana recolección, o a punto de iniciarla, hay bodegas que mantienen abiertas sus puertas al visitante, dando así a conocer el trabajo que se lleva a cabo tanto en su interior como en los viñedos.
La organización de esas jornadas de puertas abiertas, las catas o degustaciones, la opción de pasear entre viñedos y otras alternativas sirven al sector para darse a conocer también durante la vendimia, de tal forma que el visitante pueda adentrarse en un mundo desconocido para muchos que rodea a la elaboración de uno de los blancos más importantes del mundo, el albariño.