El preacuerdo del sector del metal suscrito por la patronal con los representantes de Comisiones Obreras (CC OO) y la Unión General de Trabajadores (UGT) ha roto en mil pedazos el principio de unión sindical que parecía vislumbrarse al principio del conflicto y al que tantas veces se apeló en las fiestas del Trabajo (1º de Mayo) o para el próximo 25 de julio, día de Galicia.

La Confederación Intersindical Galega (CIG), a través de su portavoz en O Salnés, Anxo Lúa, ha expresado su descontento con un convenio que establece mejoras salariales para los trabajadores indefinidos y que, a su juicio, perjudica al personal en formación.

Lúa considera "indigno" que el pacto se cebe con los contratos en formación de modo que castigue a personas que las empresas emplean para "sustituir bajas, vacaciones e incluso jubilaciones".

Explica que en estos casos se les rebaja el salario en un 25% por lo que pasan a percibir 530,76 euros al mes frente a los 707,70 que tenían hasta ahora. "Resulta muy llamativo que castiguen a estos trabajadores que pierden nada menos que 2.477 euros al año", lamenta Lúa quien recuerda que representan entre un 5 y un 10 por ciento de la plantilla del metal.

El portavoz de CIG también pone de manifiesto el anuncio de la ministra Fátima Báñez respecto a las medidas económicas para incentivar los contratos de formación, que también beneficiarán a las empresas del sector para contar con mano de obra barata.

En el caso de O Salnés son numerosas las empresas que saldrán beneficiadas con este preacuerdo firmado el jueves en Vigo, casos de Carsa, Fundivisa, Liteyca, Elecnor o los talleres mecánicos del automóvil que es sobre los que repercute el acuerdo alcanzado con los sindicatos de clase.

A la CIG también le sorprende el acuerdo por el que queda fuera de este principio de acuerdo la subrogación por lo que no afecta a empresas de trabajo temporal (ETTs), es decir aquellas que prestan servicios a otras matrices.

Anxo Lúa considera que el acuerdo alcanzado en Pontevedra perjudica de forma clara la acción que los compañeros del metal de A Coruña han ejercido tras cuatro días de huelga y sostiene que para un acuerdo como éste debería bastar una mesa de negociación ordinaria en la que no habría que recurrir a medidas tan drásticas como el conflicto laboral.

"El acuerdo se centró en la cuestión salarial que beneficia a unos, los indefinidos, sobre todos los demás y sin que la patronal tenga que hacer casi ningún esfuerzo económico porque la subida propuesta tampoco es significativa", añade.

En la CIG recuerdan que las tres centrales "centraron la negociación del convenio pontevedrés en poner fin a la precariedad en el sector, para lo que pactaron una serie de medidas como la regulación de empresas multiservicios, la subrogación del personal en empresas públicas en privadas con las mismas condiciones laborales y la mejora del plus por trabajos especiales".

Explica la CIG que las empresas multiservicios fueron creadas por las ETT "para lograr mayores beneficios a costa de los trabajadores que ceden a otras empresas".