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Un 10% de la población del área sanitaria de Pontevedra padece insuficiencia renal

Más del 39% está en riesgo de pobreza, frente al 28,6% de la media estatal - En la capital 110 personas siguen tratamiento con diálisis - Ascienden a 500 en la provincia

Operación mediante cirugía laparoscópica en el Complejo Hospitalario de Pontevedra. // Rafa Vázquez

Un 10% de la población del área sanitaria de Pontevedra padece insuficiencia renal, de modo que sus riñones han perdido las funciones normales de filtrar los desechos de la sangre y mantener el equilibrio ácido del base y mineral del organismo. Es una dolencia que responde a un amplio abanico de causas, por ejemplo en el caso de ser crónica desde diabetes a hipertensión arterial o infecciones, enfermedad glomerular, enfermedad renal poliquística etc y cuyos afectados requieren diálisis, el tratamiento más frecuente, o un trasplante de riñón.

En Pontevedra y O Salnés unas 200 personas están actualmente en tratamiento con diálisis (110 en la ciudad del Lérez, incluyendo los que son atendidos en la sanidad concertada), un proceso de soporte vital que limpia la sangre, elimina fluidos adicionales y controla la química del organismo del paciente una vez que le han fallado los riñones.

La cifra de pacientes que reciben tratamiento con diálisis se eleva hasta medio millar en toda la provincia de Pontevedra, según datos del Complejo Hospitalario de Pontevedra y de la asociación para la lucha contra las enfermedades de riñón Alcer.

Éste es uno de los colectivos que llama la atención sobre el hecho de que la Enfermedad Renal Crónica (ERC) es un grave problema de salud pública ya no solo por su alta prevalencia, de proporciones epidemiológicas, sino especialmente por su coste social y la repercusión sobre las personas afectadas.

Antonia Hernández, presidenta Alcer, destaca a este respecto que "si la media estatal de personas en riesgo de pobreza es del 28,6%, en el caso de las personas con enfermedad crónica renal ese porcentaje se eleva hasta rondar el entre el 39 o el 45% o incluso superarlo".

Un estudio realizado por Alcer refleja que solo el 33,3% de los pacientes en edad laboral que padecen insuficiencia renal está trabajando. Dentro de ellos, hay importantes diferencias en función del tipo de tratamiento sustitutivo renal: "siendo el más elevado en los pacientes en diálisis peritoneal domiciliaria (76%) y el menor el de los pacientes en hemodiálisis (21,7%). Esto es debido a que la diálisis peritoneal domiciliaria ofrece a los pacientes mejor calidad de vida, les otorga mayor autonomía, les permite ser independientes (es un tratamiento que se realiza en casa) y sobre todo ayuda a mantener su vida laboral activa", indica el Grupo de Apoyo al Desarrollo de la Diálisis Peritoneal (GADDPE), cuyo objetivo es difundir los beneficios clínicos, sociales y económicos del uso de la diálisis peritoneal.

Los autores del estudio promovido por Alcer constatan que se observan además diferencias estadísticamente significativas en el porcentaje de ocupados entre hombres (40,1%) y mujeres (22,9%). También entre la edad media de los empleados (que se sitúa en 43,5 años) y los no activos laboralmente (49,6 años) y en el tiempo medio de tratamiento: 4,8 años entre los que trabajan y 7,9 entre los que no.

En general tanto asociaciones de pacientes como estudios científicos y profesionales de la sanidad constatan que gran mayoría de los afectados no puede desarrollar con normalidad una actividad laboral. "Es nuestro principal problema, que no tienes trabajo, estás atado a una máquina 4 horas al día pero en realidad no son 4 horas", resume Antonia Hernández, "porque hay gente que viene de A Cañiza y sale de casa a las 6 de la mañana para dializarse a las 8 y salir a la una de la tarde, es decir que vuelve a su casa a las cuatro de la tarde, invierte todo el día en el tratamiento y hoy en día no hay ningún empresario que pueda atender a estas exigencias".

Los profesionales de la sanidad destacan que la actividad laboral no solo se refleja en que la persona disfrute de una mayor estabilidad económica sino también en su mejora emocional, ya que está ligada a la autoestima y a la autopercepción de integración social.

Una revisión de estudios científicos realizada por Helena García Llana muestra que las tasas de depresión en unidades de diálisis pueden incluso superar el 80% y las de ansiedad se sitúan por encima del 30%.

La diálisis es por lo general un tratamiento continuo que se aplica a los pacientes 3 días a la semana, si bien algunos lo necesitan a diario. A mayores está el hecho de que "el día que sales de la máquina no estás en condiciones como para acudir a trabajar, porque es bastante suplicio. También hay que tener en cuenta que conlleva un régimen especial de alimentación, no ingesta de líquidos y otras medidas para no pasarte de peso? Sales de la máquina hipotenso, mareado, muchos salen en silla de ruedas porque no son capaces de caminar, es muy limitante, especialmente en el caso de la gente joven".

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