Un año después de la última suelta, la Consellería do Mar prepara la liberación de otros 5.000 alevines de rodaballo, una especie de alto interés y valor comercial que se reparte por diferentes zonas de pesca gallegas con el fin de contribuir a la recuperación de la especie y, a la postre, a la generación de mayores ingresos en el sector pesquero.

Como en ocasiones anteriores, las aguas de O Grove vuelven a ser las elegidas para depositar en el mar estos peces de apenas 60 gramos de peso que se marcan convenientemente antes de la suelta para facilitar su localización posterior.

Son rodaballos criados en el Instituto Galego de Formación en Acuicultura (Igafa) que una vez alcanzan la talla comercial pueden ser pescados, comercializados y consumidos, aunque se solicita la colaboración del sector para que identifique la zona en la que son capturados y así facilitar a los investigadores un estrecho seguimiento de las costumbres de la especie.

La medida forma parte del Plan de Regeneración del Litoral de Galicia, que se puso en marcha en 2005 y que con la suelta anunciada para mañana en O Grove eleva a cerca de 40.000 los ejemplares repartidos por el litoral, independientemente del proceso llevado a cabo con otra especie también de gran valor comercial, como es el bogavante.

Tal y como se explicó hace un año, cuando se soltaron 4.000 rodaballos en O Grove, los peces están marcados, ya sea con una especie de banderillas o con un tatuaje de color azul que si sitúa en la parte ventral de los peces. De este modo, "gracias a la colaboración del sector cuando pesca uno de estos peces y lo notifica, los técnicos del Igafa esperan conseguir información completa sobre el comportamiento de la especie".

Así las cosas, si este tipo de repoblaciones dan resultado, no es descabellado pensar en la producción de rodaballo de laboratorio a gran escala, para aumentar la productividad de las rías.

Hay que indicar que los alevines se obtienen a partir de ejemplares adultos que son capturados y criados en cautividad. Es en los laboratorios del Igafa –en A Illa de Arousa– donde se produce el desove y se crían los peces hasta que alanzan la talla suficiente para ser liberados en espacios arenosos, como pueden ser As Pipas, Mexilloeira, Area Grande, O Carreiro y A Lanzada, los lugares elegidos en O Grove para efectuar sueltas anteriores.

La repetición de las zonas de suelta tiene por objetivo obtener la mayor cantidad de datos posible sobre el crecimiento y supervivencia de los ejemplares empleados en la repoblación del litoral gallego.

En el departamento que dirige Rosa Quintana apuestan por la idoneidad de esta medida y confían en el éxito científico que pueda obtenerse gracias a las sueltas.