El jefe de ECO Galicia indicó durante su comparecencia que hasta la detención por este asunto mantenía una buena relación con el acusado Javier L. S. y que no se podía creer que fuese el responsable de unas informaciones, que le llegaron "de la calle", sobre supuestas filtraciones de datos. "Al principio nos constaba creerlo", apuntó el responsable de la unidad de Crimen Organizado. A continuación expuso episodios concretos en los que las acusaciones iniciales iban adquiriendo credibilidad, como cuando lo enviaron a identificar y registrar a un supuesto narcotraficante que estaba perfectamente vigilado y localizado en Verín y la operación fracasó porque el agente aseguró que el sospechoso se fugó.

También explicó que fuentes externas del cuerpo les había comentado el contenido de informes que aún no estaban judicializados, por lo que solo personas de dentro de la unidad de ECO podían conocer. Fue en ese momento cuando se informó a los mandos superiores en Madrid y se inició la operación ficticia.