Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

José Manuel Ponte

inventario de perplejidades

José Manuel Ponte

Anticipar los acontecimientos

En relación con los atentados de Cataluña todavía se discute en los medios sobre si hubo fallos de seguridad en las tareas preventivas por parte de los Mossos d'Esquadra dado que parecen haber sido alertados de la inminencia de ese trágico suceso por agencias de inteligencia norteamericanas, entre ellas la CIA. Y no de forma genérica e inconcreta sino incluso señalando el lugar donde iban a producirse, Las Ramblas de Barcelona. Una concreción que resulta asombrosa si tenemos en cuenta que las autoridades policiales nos habían dicho que los terroristas eligieron ese último escenario como recurso improvisado una vez explotó en la casa de Alcanar (Tarragona) buena parte del material que estaban almacenando para perpetrar otros atentados de enorme magnitud. Y la pregunta no tiene, de momento, respuesta: ¿Cómo pudieron los servicios de inteligencia norteamericanos señalar con tanta anticipación (25 de mayo de 2017) lo que iba a producirse en una fecha y en un lugar (17 de agosto de 2017) que -nos cuentan- fueron fruto de la improvisación al haberse hecho imposible la ejecución del plan principal? Según una información aparecida en "El Periódico de Catalunya", los Mossos, al igual que los órganos de la lucha antiterrorista dependientes del Gobierno español, recibieron por escrito la alerta sobre un atentado terrorista en Las Ramblas de Barcelona durante el verano pero no le dieron mayor importancia porque, al parecer, mensajes parecidos los reciben casi a diario y los archivan una vez hechas las comprobaciones oportunas sobre su fiabilidad. Fuera del hecho, imagino que infrecuente, de que una policía regional deseche por escasamente creíble un informe de un organismo con tanta experiencia internacional como la CIA en materia de terrorismo e insurgencia, la reacción de la jefatura de los Mossos, negando primero autenticidad al documento y luego reconociendo su validez, resultó chusca. Y de parecida entidad fue la respuesta del presidente de la Generalitat, señor Puigdemont, y de su consejero de Interior, señor Forn, que después de alegar no saber nada del asunto ("¿Qué más quisiéramos nosotros que mantener contactos directos con la CIA?") hubieron de reconocer la recepción del aviso, una vez "El Periódico" avanzó nuevas pruebas sobre el asunto. La cantidad de interrogantes, lagunas y contradicciones que dejan las diversas versiones sobre los autores del atentado y sus presuntos cómplices es enorme pero es de temer que, como ocurrió con los atentados del 11-M en Madrid, aún se especulará durante años sobre los cabos sueltos de la investigación. Entre otros, la sorprendente anticipación de la CIA sobre el lugar del atentado cuando, según el relato oficial fue improvisado por los terroristas al fallarles el plan inicial. En cualquier caso, a nadie puede sorprender que las agencias norteamericanas de inteligencia (una forma eufemística de aludir a las agencias de espionaje) permanezcan muy atentas al proceso secesionista de Cataluña respecto de un Estado, el español, en cuyo territorio disponen de unas bases militares de especial interés estratégico. Desde que en 1953 el general Eisenhower le dio el abrazo del oso a Franco incorporándolo de hecho a la "coalición de la guerra fría", los acontecimientos políticos de España son objeto de especial atención por la CIA. Y habría que preguntarse si también saben con anticipación el final de esta historia.

Compartir el artículo

stats