Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Emporium: una exposición sobre mil años de Vigo para no perderse

La Casa das Palabras refueza la historia de la ciudad con una muestra que se ensalza como referente

Una exposición, cualquier exposición, tiene como fines mostrar algo desconocido o de lo que teníamos solo una vaga referencia, enseñarnos, entretenernos, o convencernos, para que salgamos de ella algo más completos como sujetos de cultura de lo que estábamos antes de entrar en la misma.

Una exposición histórica tiene como objeto, además, traernos al presente los fragmentos reconstruidos del pasado, para situarnos mejor en nuestra realidad. Una exposición histórica, referida al periodo histórico que sea, es algo así como un hilo conductor que une lo que fue nuestra sociedad, nuestra economía, nuestros antepasados, con lo que ahora somos nosotros, con la forma de civilización en la que ahora vivimos. Cuando subimos una ladera, cuando ascendemos una montaña y volvemos la vista atrás, y recorremos visualmente el camino andado, se nos abre el horizonte que nos permite percibir mejor el lugar en el que estamos, y también adivinar, con mayor finura quizás, el camino que tenemos por delante. Esa mirada, pues, nos vivifica, nos da aliento vital. Nos refuerza.

Si el sujeto de una exposición es una ciudad, y si esta exposición es una exposición muy buena, el resultado es que, al paso por la misma, nos hacemos mejores ciudadanos, o por lo menos ciudadanos más conscientes de dónde venimos y dónde nos situamos. E, indudablemente, la imagen de la ciudad, el conocimiento de la misma sale revalorizado, reforzado.

Viene esto a cuento porque este fin de semana he vuelto a ver por segunda vez, con mi familia, "EMPORIUM. Mil anos de comercio en Vigo", la exposición que han elaborado en la Casa das Palabras, en Samil, el profesor de la Universidad de Vigo Adolfo Fernández Fernández y la especialista Pilar Barciela Garrido, con la iniciativa, el montaje y el patrocinio de la Alcaldía de Vigo, a través de la Concejalía de Cultura y la Rede de Museos do Concello de Vigo.

EMPORIUM enseña mil años del comercio de Vigo desde la Prehistoria a la llegada de los árabes a la península ibérica en el siglo VIII, esto es, desde el Vigo que nació con el Castro y se hizo Vicus durante la época romana a la orilla del mar en Guixar, en el Arenal y en el Berbés. El Vicus que se convirtió, con la romanización, en un Emporium o, lo que es lo mismo, en un enclave comercial y, como tal, se insertó en la vida marítima y en las relaciones comerciales del mundo entonces civilizado o en proceso de civilización, entre el Mediterráneo oriental y el oeste Atlántico de lo que hoy es Europa. El Vicus que ya entonces tenía los dos o tres pies sobre los que apoyará su historia de ciudad atlántica, marítimo-pesquera y comercial. A saber: la agricultura y ciertos recursos primarios metálicos (estaño), la pesca y sus transformados en forma de salazones, algunas actividades manufactureras adicionales (vidrio, cuero, cerámica...) y bastante comercio, con agentes locales o foráneos, más o menos residenciados en diferente intensidad y proporción. Un Emporium que no llegó a figurar en el mapa institucional de la organización romana, o en el de los reinos godos, o en el primer organigrama jurisdiccional de la incipiente Iglesia Católica, en base a parroquias, condición parroquial que Vigo, con sus dos parroquias originarias, tardó en alcanzar.

La economía, la explotación de los recursos naturales, la transformación de los productos del mar, de la agricultura y ganadería, y el comercio de salida y de entrada están ahí, como motor de este enclave, de este Emporium, casi desde sus orígenes.

Cuando Vigo se empieza a configurar como ciudad moderna, en el tránsito del siglo XIX al XX, y durante las primeras de éste, antes de la Guerra Civil, y sólo es municipio, sólo es ciudad, se le sigue identificando como "Emporio". No hay más que darse una vuelta por la prensa de la época, como vemos en la de 1928, cuando se reclamaba la autopista que uniera Vigo con Madrid porque el "gran movimiento trasatlántico del puerto de Vigo exige la inmediata unión de ese emporio de riqueza con la capital de España" (Viajes por España, 6/1928). Vigo sigue siendo en buena medida, aún a día de hoy, un emporio.

Pues bien, en esta Exposición EMPORIUM están explicadas las bases, las raíces de este Vigo marítimo, pesquero e industrial y comercial, de este emporio económico, con la fuerza de su economía al margen o más allá de su significación en la organización político-administrativa oficial.

Lo enseña muy bien esta muestra. Porque reúne al menos cuatro condiciones. La primera, el rigor histórico, basado en el estudio de los restos arqueológicos obtenidos de las excavaciones en Vigo y las rías gallegas, atesorados en el Museo Quiñones de León. La segunda, el didactismo, el orden y la claridad en el relato histórico: piezas originales, textos breves bien expresivos, dibujos, videos y ambientaciones, que dan lugar a una explicación bien hilada, que cualquier escolar o cualquier adulto puede seguir con facilidad. La tercera, una arquitectura de la exposición (con sus paneles, sus recorridos, su iluminación) sencilla, diáfana, elegante y sin duda comparativamente barata. Por último, la edición de un catálogo igualmente cuidado, disponible en la red (*), formalmente bonito, notable en su contenido, en el que además de los comisarios de la exposición, colabora un equipo de jóvenes y menos jóvenes investigadores, que muestran bien a las claras que aquí hay cantera.

Cantera para reconstruir el pasado, a partir de los testimonios rescatados, cantera para elaborar una historia de la ciudad fundamentada en el conocimiento riguroso. Conocimiento del que estamos faltos. La Historia urbana de Vigo tiene todavía mucho recorrido por delante. La cualificación de hombres y mujeres es fundamental para alcanzar esa Historia cualificada. Como lo son los centros documentales, los centros de estudio histórico, que aunque los hay, con ejemplos de brillante labor, están todavía muy por debajo, en prestaciones, en medios tecnológicos y en recursos financieros y humanos, de la entidad que Vigo tiene como corazón económico de Galicia. De esto hablaremos otro día.

Hoy solo me queda aconsejar a escolares, a jóvenes y mayores que no dejen pasar la oportunidad de ver una excelente exposición, la mejor exposición histórica que se ha abierto al público en Vigo en los últimos años. Acudan a la Casa das Palabras para disfrutarla. No se sentirán defraudados. También he de felicitar a sus comisarios, Adolfo Fernández y Pilar Barciela, por la calidad de su trabajo. Y, como no, al Concello de Vigo y a su Concejalía de Cultura, por haberla promovido y financiado. Continúen así. EMPORIUM es un ejemplo a seguir.

*Profesor de H. e Institucións Económicas.Universidade de Vigo.

Compartir el artículo

stats