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Incomodidad y preocupación

Hemos podido seguir de cerca, un año más, las deliberaciones, que en realidad son negociaciones de múltiples aspectos el que seguramente es el Consejo de Ministros de Pesca más importante del año, porque de sus resultados depende la actividad de la flota pesquera europea, en este caso de 2017.

Las negociaciones venían sin duda condicionadas por el nuevo marco reglamentario que añade preocupación extra y seguramente innecesaria a los pescadores que en 2017 van a sufrir indefectiblemente el empeño precipitado de la Comisión Europea de alcanzar lo que se ha dado en llamar Rendimiento Máximo Sostenible (la consecución del mejor estado posible de todas las pesquerías), que ha ocasionado unas propuestas muy a la baja de unos Totales Admisibles de Capturas y sus correspondientes cuotas.

Así, causando no solo sorpresa entre los interesados sino mucha preocupación, la CE ha salido con unas propuestas a la baja que para el sector afectado resultaron sencillamente inaceptables.

Creo que el sector pesquero español tiene que reconocer el trabajo y el esfuerzo realizado por la ministra Tejerina y su equipo, que han frenado en parte las radicales intenciones de la Comisión de alcanzar RMS en 2017 aunque el sector se quede literalmente en las cuadernas, escuálido. El trabajo final de estos dos días intensos ha dado como resultado que la merluza del stock sur se quede prácticamente como estaba; que el rape de Gran Sol (cuya situación biológica, constatada, permitía sin duda mayores optimismos) se mantenga también con la misma cuota y que el hachazo del jurel se haya quedado en un -23%. El gallo de Gran Sol, sin embargo, pierde la cuarta parte de la cuota de 2016, reducción importante que ha ocasionado que regresáramos de Bruselas con un rictus de consternación indisimulable.

Buena gobernanza en materia pesquera, racionalidad, conjugación de los objetivos biológicos, económicos y sociales, tiempo para conseguirlo y, por supuesto, racionalidad con las políticas adecuadas. Al sector no le sirve, por ejemplo, una política de Obligación de Desembarques si no se tienen en cuenta o se soslayan con ideales "cajas de herramientas" los problemas que se derivan de su aplicación, como las "especies de estrangulamiento".

La suerte está echada para 2017; hemos mejorado con respecto a las posiciones de partida, pero regresamos con una sensación de incomodidad y preocupación que ha de servir para que los dirigentes pesqueros -muy especialmente aquellos que residen en Bruselas- sopesen mejor sus decisiones y reflexionen sobre las consecuencias prácticas de las mismas.

*Gerente adjunto de ARVI

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