Al palo propinado por Maersk al adjudicar los tráficos a Marín, Termavi reacciona con una inversión en nuevo equipamiento. Ha preferido tragarse el orgullo antes que vivir del cuento de que las navieras siempre preferirán a Vigo. En Primera División ya juegan equipos impensables hace pocos años, y lo mismo ocurre en la liga portuaria, tan reñida en Galicia. Así que con una derrota, la concesionaria ha tenido bastante para ver los ojos al lobo. Ahora solo falta que los estibadores sepan calcular los riesgos y hagan un esfuerzo por despejar el futuro del puerto del que depende el suyo.Y pronto, antes de sufrir otra goleada.
