Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Ceferino de Blas.

El Titanic y los vigueses

Este fue el primer periódico de Europa que informó de la llegada a Buenos Aires del hidroavión Plus Ultra. Era pionero de los grandes viajes aéreos y mereció la atención del mundo. La epopeya fue seguida por toda la nación como un hito del arrojo y la tecnología española.

FARO montó un dispositivo con el Cable Inglés y el diario argentino "La Nación" para dar la noticia con la máxima celeridad. Lo logró. Minutos después de acuarizar el Plus Ultra en Buenos Aires, la primicia llegaba a la Casa del Faro, y se colocaba en las pizarras del Pasaje para informar a los vigueses.

Algún día habrá que contar con detalle la operación, de la que acaban de cumplirse noventa años. El raid desató el entusiasmo ciudadano, dio lugar a ríos de tinta y comentarios sinfín.

FARO fue, asimismo, el segundo periódico español que informó del hundimiento del Titanic. Solo lo aventajó "La Vanguardia" de Barcelona.

No es extraño que ambos diarios se volcasen en informar sobre una catástrofe oceánica. Al igual que Barcelona mira al mar, y su principal periódico comparte las características de la ciudad, Vigo es el mar, y su periódico -lo lleva en el nombre- es el espejo que lo refleja. De ahí que cuanto acontezca en los mares adquiera preferencia informativa.

Para las nuevas generaciones, sumidas en la instantaneidad, con los móviles y los soportes digitales, que les transmiten al instante lo que sucede, los tiempos informativos del pasado son incomprensibles. No se imaginan que los ingleses se enteraron del resultado de la batalla de Waterloo, que cambió la suerte de Europa, por palomas mensajeras.

Por eso que los vigueses, a través del FARO, hayan sido los segundos de España en conocer el hundimiento del más moderno trasatlántico del mundo, ocurrido a las dos de la mañana del día 15 de abril de 1912, y que se haya sabido con más de 24 horas de retraso, es cosa de otros tiempos.

Aunque las informaciones las facilitaba el FARO -el primer despacho, procedente de Londres, está fechado el día 16-, los vigueses no se enteraron de lo ocurrido por sus páginas, sino por las noticias que adelantaba en los pizarrones que se colocaban en la fachada del periódico, que entonces ocupaba el número 21 de la calle del Príncipe.

En fechas sucesivas el periódico informó de cuanta noticia llegaba de Londres o Nueva York. Y el día 23 publicó una curiosa crónica, firmada por José María Salgueiro ("desde el Mar, 16 de abril de 1912"), pasajero del "Ipiranda", uno de los barcos que se había acercado al lugar del hundimiento, siguiendo la llamada de socorro del Titanic. Se aproximó a 25 millas, pero viró y siguió su rumbo, tras recibir un aéreograma en el que se indicaba que los rescatados ya viajaban hacia Nueva York.

En un pueblo marinero como Vigo, tan sensible a las tragedias del mar, y por la conexión con las empresas navieras, el suceso tuvo un impacto especial.

Por eso la corporación municipal, a propuesta del concejal Francisco Barreras, acordó enviar telegramas de pésame, por la estrecha vinculación con la marina británica, cuya flota recalaba constantemente en Vigo. También se tomó el acuerdo de sumarse al homenaje al radiotelegrafista Mr. Philips, que permaneció en su trabajo reclamando auxilio hasta morir. Su gesta permitió que se salvasen más de 800 viajeros, que recogió el buque "Carpathia", alertado por el radiotelegrafista, y que la catástrofe no fuera aún mayor. Otros buques recuperaron enseres y cadáveres.

Una relectura de los despachos publicados revela qué interesaba a los lectores de la época y los detalles que iban trascendiendo. El hombre, vestido de mujer, que se había colado en uno de los botes. Cómo madame Guggenheim ofreció millones para fletar un barco que trajese antes a tierra a su marido, salvado del naufragio. O la historia de Mr. Astor, muerto en el naufragio, que hacía el viaje de novios. Su abuelo había ayudado al gobierno americano en la guerra de Cuba contra España, facilitándole material bélico y había asistido al cerco de Santiago de Cuba. Fue quien comunicó a la Casa Blanca la capitulación de las tropas españolas.

O el gesto del capitán del Titanic, descerrajándose un tiro en la sien, tras cumplir la misión de embarcar a mujeres y niños en las lanchas auxiliares.

En los años veinte, cuando aún no existía la radio ni, por supuesto, la televisión, FARO insertaba esta nota: "En las pizarras del pasaje, se expondrán al público diariamente, las noticias de interés que durante el día se reciban por telégrafo y teléfono". Era un antecedente del teletexto.

Así conocieron los vigueses de hace un siglo la noticia de la tragedia del trasatlántico más lujoso que surcaba los mares.

Parte de esa historia pueden encontrarla visitando la exposición del Titanic que se exhibe en la Estación Marítima. Lástima que el precio de las entradas disuada de acudir a más gente.

Compartir el artículo

stats