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El sueño de Las Galeguesas

Fue un placer tomar un café con Aser Álvarez, llegado del Santiago que habita este director, productor y guionista aunque esas etiquetas se quedan cortas para retratar su personalidad profesional en el mundo de la comunicación. Aser vino a Vigo porque dirige la estrategia de crecimiento de Casa Galeguesa, esas hamburguesas gourmet de carne criada en libertad en pastos de Galicia, toda una historia visionaria que protagonizó su hermano Roberto Álvarez de la que ya hablamos en este periódico. En Oporto 7, no muy lejos de la también hamburguesería La Pepita, tienen la suya, la única viguesa con carne de crianza propia. Atendida por Lucía, Susana y Antonio, el mes que viene cumple un año de vida, van a darle una vuelta al local y van a hacer un fiestón de no te menees. El principio del mundo de Casa Galeguesa es la Chaira de Amoroz, en Celanova, un monte comunal que estaba abandonado y que hicieron productivo, donde las vacas pastan en libertad felices como en el Neolítico. Tengo pendiente una visita con Aser allí para conocer la finca de 200 hectáreas que hace más de 10 años su "brother" Roberto Álvarez empezó a transformar para iniciar un proyecto ganadero y sostenible. Y, de paso, conocer la biblioteca de Lois "Codias" Álvarez, su otro hermano, el mayor, el ermitaño del Xurés, filósofo, poeta e ideólogo del sueño de la Galeguesa.

Voces Femeninas y olé

Agradezco a los vigueses Eduardo Romero, Alejandro Solano, Yago Babé y Paco Lamilla que cada año nos traigan a Vigo ese festival de Voces Femeninas que no me pierdo por la exquisitez de las cantantes que eligen. Este año les voy a poner un piso porque, si ya conocía y admiraba a Basia Bulat, que actuó primero el sábado en el homenaje a Cecilia que montaron, me han permitido enamorarme de la voz de María Rodés, una catalana de 1986 que canta a España a pesar de Mas (menos) y que tanto puede interpretar una copla como un tema de Cecilia llevándolo a su intimista e entrañable estilo. Al público que llenaba el patio de butacas le pasó lo mismo, de pie, encendido, pidiendo bises.

¡Ay, Marinita, qué maromas!

O sea que l sábado noche lo inicié con las espléndidas Voces Femeninas pero de allí me fui al Plaff, ese pub de la calle Oliva de Ítos Domínguez en el que he tenido tantas fiestas nocturnas heterogaylésbicas cuando iba a las fiestas. Allí cambié de onda para meterme tras la barra porque no había sitio, y gozar con el show de Marinita y sus maromas mientras me tomaba un gin tonic y pellizcaba el trasero de la Lolailo cuando me lo ponía a tiro, que me deja. Yo sabía que era un show de transformismo, cabaret, baile, erotismo y mucha picardía pero quedé sorprendido de la capacidad expresiva y el riguroso trabajo de ensayo previo tanto de Marinita (Edu Domínguez), que nos apareció rapado, como de sus maromas (Andrea Paz y Susi Ons), alumnas de la Escuela de Arte Dramático de Galicia, cuya profesora, la actriz Mariana Carballal, andaba entre el público. Como contaban con un presentador como Tito Scopa, que es un actor de lujo, disfrutamos del espectáculo, que tenía a Pablo Carrasco al mando musical, los humanos allí presentes, fuéramos gays, lesbianas o heterosexuales.

Los 20 artilleros. Ahí los veis, ahí están los 20 artilleros que conmemoraban el 50 Aniversario del reemplazo de noviembre de 1965, voluntarios en el cuartel de Artillería de Campolongo en Pontevedra. Durante la cena, que se celebra ininterrumpidamente desde 1966, se recordaron los buenos tiempos y anécdotas, tanto de la "instrucción" como de los destinos, que en su inmensa mayoría fueron en las baterías de A Guía, Monteferro y Cabo Silleiro.Para que digan que la mili era mala. Dicen que donde ponían el ojo, ponían la pieza artillera.

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