Es la enésima vez que se critica el servicio de autobuses que la empresa Monbus realiza entre Pontevedra y Marín y viceversa, a los que algunos seguimos denominando "troles" por la costumbre histórica y tradicional. El pasado sábado sufrí en mis carnes esa circunstancia porque estuve esperando el autobús desde las siete y cinco de la tarde hasta las ocho menos diez, es decir, 45 minutos insoportables que me animan a no utilizar este servicio porque no es operativo tal como lo ofrece esta empresa en exclusiva. Nada que decir de quienes conducen los buses porque se nota que bastante hacen con intentar cubrir la deficiencia y cumplir con su obligación teniendo que aguantar, además, los "chorreos" de los viajeros que sufren sus consecuencias. No se entiende por qué no hay en las paradas principales unos horarios que por un lado indiquen al viajero lo que tendrán que esperar y por otro obligue a la empresa a cumplir una cadencia correcta. Bueno, ya sé que esta queja como otras miles irán al cesto de la papelera porque la empresa es como es y, quien tiene que vigilar sus cumplimientos, mira para otro lado, algo que no se entiende. O de sempre.
