El Ministerio de Justicia de Turquía reclamó ayer por primera vez a Estados Unidos la detención del predicador islamista Fethullah Gülen por el fallido golpe del 15 de julio, informó el diario Hürriyet. Turquía ya demandó el mes pasado la extradición de Gülen, pero no por cargos relacionados con la fallida asonada. El clérigo vive en Estados Unidos desde 1999 y hasta la ruptura con Erdogan en 2013 ambos eran estrechos aliados. Las últimas cifras oficiales señalan que hay más de 20.000 sospechosos detenidos bajo sospecha de haber participado en la asonada, entre ellos soldados, jueces, fiscales y periodistas.

En las pasadas semanas responsables estadounidenses y turcos han cooperado sobre este caso, que por su importancia puede generar tensiones entre dos países aliados en la OTAN. El presidente de EE UU, Barack Obama, prometió en la pasada cumbre del G20 al jefe del Estado turco, Erdogan, que su país cooperará en llevar a los responsables del golpe ante la Justicia. La extradición de Gülen ha deteriorado la imagen de EE UU en Turquía, donde parte de la prensa progubernamental ha especulado sobre la implicación de Washington en el golpe de Estado.