Un atentado terrorista es la causa más probable del siniestro de un avión de la compañía egipcia Egypt Air, que cubría la ruta París-El Cairo y que se estrelló en la madrugada de ayer en el mar Mediterráneo con 66 personas a bordo, 10 tripulantes y 65 pasajeros, la mayoría egipcios (30) y franceses (15).

"La posibilidad de un ataque terrorista es mayor que la de un error técnico", reconoció ante la prensa el ministro egipcio de Aviación Civil, Sherif Fathi, sin querer entrar en "especulaciones o suposiciones como otros".

Esos "otros" no eran ni el presidente francés, François Hollande, ni su ministro de Exteriores, Exteriores francés, Jean-Marc Ayrault, que rechazaron aventurar las causas del siniestro, sino el jefe del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB), Alexandr Bortnikov, quien mucho antes de que se empezara a hablar del hallazgo de los restos del aparato, un Airbus 320, concluyó: "Por todo lo visto, se trata de un atentado terrorista que le costó la vida a 66 personas de diversos países".

El pasado octubre, la filial del autodenominado Estado Islámico (EI) en la provincia egipcia del Sinaí atentó contra un avión ruso con 224 personas a bordo, la mayoría de esa nacionalidad, con una bomba que explotó en pleno vuelo. Sin embargo, el Gobierno egipcio no admitió hasta marzo que el siniestro había sido un atentado.

El Airbus 320, que había salido a las 23.16 horas del miércoles del aeropuerto Charles de Gaulle de París, desapareció de los radares a las 2.45 horas de ayer, cuando ya había entrado en el espacio aéreo egipcio, y se precipitó al mar a 280 kilómetros de la costa del país norteafricano y a unas 50 millas náuticas al sureste de la isla griega de Kárpatos. A media tarde, y después de horas de confusión e informaciones contradictorias sobre el hallazgo de los restos, el vicepresidente de EgyptAir, Ahmed Adel, dijo a la cadena estadounidense CNN: "Hemos encontrado los restos". Antes de esta confirmación de la aerolínea, sólo se tenía constancia de la localización de varias supuestas piezas y de dos chalecos salvavidas. Sin embargo, las autoridades griegas de Seguridad Aérea echaron por tierra poco después la confirmación de la compañía egipcia y explicaron que el material encontrado no pertenecía a un avión.

Así las cosas, ni las autoridades egipcias ni las francesas descartan ninguna opción, tampoco la de un atentado terrorista. Una hipótesis que algunos expertos creen ver confirmada en los bruscos giros que hizo el Airbus, sin que la tripulación notificara ninguna emergencia. El ministro griego de Defensa, Panos Kammenos, los describió así en una comparecencia ante la prensa.

"A las 3.39 horas, el trayecto del avión estaba en dirección sur y sur-sureste de las islas de Kassos y Kárpatos. Inmediatamente después de entrar en el espacio aéreo egipcio, hizo varios virajes y descensos como describo: 90 grados a la izquierda y 360 grados a la derecha".

Además del atentado contra el avión civil ruso en octubre, en marzo otro vuelo de EgyptAir fue secuestrado tras despegar del aeropuerto de Alejandría y un hombre egipcio con explosivos falsos adosados al cuerpo forzó a la tripulación a aterrizar en Chipre, donde residía su exesposa. Estos incidentes han puesto en entredicho las medidas de seguridad en los aeropuertos egipcios y la fiabilidad de la aerolínea, que no está en la "lista negra" de la UE.

El Airbus 320 que se estrelló ayer se había fabricado en 2003 y desde su entrada en servicio había acumulado unas 48.000 horas de vuelo. EgyptAir aseguró que sus aviones cumplen con todos los requisitos de seguridad y son sometidos a controles periódicos.

Entre las víctimas del siniestro hay también un portugués y un británico, además de un belga, dos iraquíes y dos canadienses.