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Problemas para la pesca gallega

La expansión de Rusia y Noruega por el Ártico preocupa a la flota gallega

Bruselas ordena a los barcos comunitarios que abandonen la zona hasta que se resuelva-la petición, en manos de la ONU -Los armadores acusan a la UE de "doblegarse" ante Putin

El barco vigués "Adexe Primero", detenido en julio por Rusia, en una foto de archivo. // Roar Jensen / Shipspotting

La flota viguesa ve como los problemas en sus zonas de pesca se acumulan. A las preocupantes prospecciones petrolíferas de Irlanda en el caladero de Gran Sol se une ahora una inusual situación en el océano Ártico. Noruega y Rusia presentaron recientemente una reclamación territorial conjunta ante la ONU para ampliar su control sobre la plataforma continental, lo que implicaría aumentar su dominio sobre las aguas más allá de las 200 millas habituales establecidas. Lo que en un principio parecía una reclamación más relacionada con la riqueza de las reservas de hidrocarburos y gas de la zona se ha convertido en un problema para los buques que faenan allí. La Dirección General de Asuntos Marítimos y Pesca (DG Mare) ha enviado una carta a los países con barcos faenando en aguas árticas afectadas por esta reclamación para que se alejen de la zona hasta que la reclamación sea resuelta.

Según publicaron diferentes medios rusos la semana pasada, citando fuentes del Gobierno, las reclamaciones del país se centran sobre todo en un espacio submarino de 1,2 millones de kilómetros cuadrados de superficie, que se extendería más allá de 350 millas marinas desde la orilla y que.

Principalmente esta reclamación está enfocada a lograr más recursos energéticos. Pero el sector pesquero vigués está alarmado con las noticias que llegan del norte y no es para menos. Más que preocupados, están enfadados. "No hay mapa, no hay informes de lo que piden. Todo está en el aire y la única información que tenemos es que la DG Mare ha sugerido a todos los barcos comunitarios que abandonen la zona. O lo que es lo mismo, lo ha ordenado", explicó Hugo González, gerente adjunto de la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi). "Las asociaciones ya están retirando sus barcos", asevera.

En principio, según consta a los afectados, se trata de una veintena de buques los forzados a abandonar la zona, de los que solo uno, el Adexe Primero -retenido por Rusia a mediados del mes pasado-, pertenece a Arvi. Sin embargo, los bacaladeros también podrían sufrir los percances de esta reclamación. Y es que es por la zona por donde esta flota intenta faenar gracias al acuerdo bilateral de la UE y Noruega. Iván López, gerente de la armadora Áncora -y presidente de la Asociación Nacional de Armadores de Buques de Pesca de Bacalao (Agarba), que genera un volumen de negocio de casi 20 millones de euros-, tiene dos barcos trabajando en la zona y explicó a FARO que está "expectante" con lo que pueda pasar. "No hemos recibido nada por parte de Bruselas y realmente no sabemos lo que puede pasar a partir de ahora", comentó López.

La noticia ha encendido las alarmas en Arvi y también ha despertado un sentimiento de "indefensión" por parte de Bruselas ante Putin y el país nórdico. "Echamos en falta la cobertura de la Unión Europea. Resulta que cuando hay que dar la cara la pesca siempre es moneda de cambio", explicó el presidente de la cooperativa, Javier Touza. Más contundente es Hugo González: "La UE se está doblegando a las pretensiones rusas. Es más cómodo enviar una carta y decirles a los barcos que salgan".

Queda ahora esperar a lo que se decide en la ONU sobre la reclamación. La flota, por su parte, vivirá con un ojo mirando a Gran Sol y otro al océano Ártico.

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