El asesor científico de la Fundación Rendemento Económico Mínimo Sostible e Social (Fremss) y exdirector general del Instituto Español de Oceanografía (IEO), Álvaro Fernández, asegura que la situación de la sardina -para la que el Gobierno prepara un plan de gestión muy restrictivo por su escasez- es consecuencia de las condiciones oceanográficas del mar y no de la sobrepesca. Al tiempo, alerta de que se están formando grandes lobbies en Bruselas que pretenden criminalizar la actividad pesquera.

-¿En qué situación están actualmente las pesquerías?

-La que ahora mismo está en peor estado es la de cigala, tanto en Galicia como en Irlanda. El resto de pesquerías no se puede decir que estén sobreexplotadas. Algunas han estado recientemente en malas condiciones pero se han ido recuperando, como la anchoa.

-¿A qué vincula esa mejoría de los caladeros? ¿Hay mayor concienciación del sector?

-Sin duda. Se ha avanzado muchísimo en los últimas décadas y una prueba de ello es la recuperación espectacular de la merluza en Gran Sol y el golfo de Vizcaya.

-Pero sí hay especies de interés para la flota gallega en mala situación, como la sardina.

-En ese caso no se puede decir que la mala situación que vive el recurso se deba a un exceso de pesca. Las condiciones oceanográficas del mar, la temperatura o la salinidad pueden hacer que la situación del recurso sea buena un año y pésima al siguiente.

-¿Ocurre con la sardina igual que con la anchoa hace años?

-Más o menos, porque con la anchoa sí que pudo haber sobreexplotación cuando el recurso estaba en unos niveles bajos. Si este año hay poca sardina y se sigue con los mismos niveles de explotación se puede dañar el stock para los próximos ejercicios .

-La flota gallega denuncia que los portugueses no adoptaron medidas para proteger la sardina como se hizo aquí...

-El problema es ajeno a la flota pesquera y no se arregla dejando de faenar un día a la semana. No depende de los pescadores, sino de la situación del mar.

-Rape, merluza, jurel, bacaladilla?, son especies que también interesan a la flota gallega. ¿Están algunas en mala situación?

-El problema no es de la mala situación de la pesquería sino el Principio de Estabilidad Relativa [el criterio por el que la UE reparte los cupos pesqueros entre los países]. El trozo del pastel asignado a España al entrar en la UE fue muy pequeño respecto a la capacidad de pesca de la flota española. Y eso no hay quién lo mueva porque los otros países están muy contentos con esos porcentajes fijados de por vida. Es muy injusto.

-La merluza es la especie más importante para la flota española. Decía antes que registró una recuperación espectacular...

-Sí, su situación es muy buena y se podrían pescar más toneladas de las que ahora mismo permiten las cuotas impuestas. El problema de fondo viene de muy atrás. En el año 77 se ampliaron las millas de 12 a 200 y eso dejó a la flota española en manos de los países propietarios de la pesca de su zona. Ahí empezó el calvario de la flota.

-La Política Pesquera Común pretende erradicar los descartes. ¿Cree que Bruselas ha planteado bien la forma del acabar con ellos?

-No había necesidad de tomar una medida así. Estas decisiones se deben a la cada vez mayor presencia de los grupos conservacionistas marinos en Europa. Están formando grandes lobbies, muy importantes, que manejan muchísimo dinero para elaborar documentos que criminalicen la actividad pesquera en casos en los que no están justificados esos ataques.

-Algunos expertos insisten en la apuesta por la acuicultura y ven en ella la solución para frenar la sobrepesca. ¿Qué le parece?

-No hay por qué pensar que la solución es la acuicultura. Si se desarrollan los cultivos lo que va a pasar es que baje el precio del pescado. Un boom de la acuicultura sería la explosión catastrófica de la pesca. El desarrollo de los cultivos marinos puede suponer una competencia muy fuerte en el mercado.