El Museo de Castrelos ultima una exposición sobre relojería gallega antigua en la que junto con los cuatro relojes integrantes del legado de Policarpo Sanz se exhibirán otros seleccionados en distintas colecciones de Galicia.

Los relojes del legado han sido sometidos a un minucioso proceso de restauración, pues llevaban más de veinte años inutilizados. La intención de los responsables del Museo es que un profesional de la ciudad se encargue a partir de ahora de su mantenimiento y conservación, ya que habrá que darles cuerda periódicamente para mantenerlos en funcionamiento.

Se trata de piezas de sobremesa de los siglos XVIII y XIX, con el armazón realizado en porcelana de Sajonia y Sèvres y otros en bronce que en la actualidad se encuentran situados en distintas dependencias del pazo.

El reloj y la pareja de candelabros realizados en porcelana de Sajonia presiden el llamado Salón Dorado del pazo. Son piezas de porcelana blanca, pintadas a mano para representar idílicos paisajes en las peanas, el estampado floral de las vestimentas de los personajes y las minúsculas y variadas hojas y flores que invaden los brazos de los candelabros.

En el reloj central se apoya una dama melancólica que sostiene en la mano derecha una pequeña flor, mientras parece contemplar el transcurrir del tiempo.

Para mostrarlos al público se ha organizado una exposición bajo la denominación general de "Admira-lo tempo" que se inaugurará a principios de junio y permanecerá abierta al público hasta el mes de septiembre.

Procedencias

Se expondrán además otras piezas de interés, con maquinaria fabricada en Galicia y seleccionadas entre expertos y coleccionistas particulares, el Museo de los Relojes, de A Coruña, y la Casa Museo de Emilia Pardo Bazán, sede de la Real Academia Galega.

En total se estima que habrá en torno a quince piezas, destacando entre ellas una realizada por el relojero vigués Evangelino Taboada -que llegó a construir un reloj íntegramente de madera- y que tiene la peculiaridad de funcionar directamente conectado a la red eléctrica.

El Museo de los Relojes tiene su sede en el Palacio de María Pita y se fue formando a partir de las 82 piezas que Antonio Ríos Mosquera le donó al Concello de A Coruña. Actualmente cuenta con más de cien relojes de los siglos XII al XX.

En la Casa-Museo de Emilia Pardo Bazán hay también ejemplares de interés que pertenecían al patrimonio de la escritora coruñesa.

Además de dar a conocer las piezas restauradas, con esta exposición se trata de ofrecer una visión global de la evolución de la relojería gallega en el período objeto de la muestra.