La firma Graniorega desplegó ayer toda su maquinaria en el inicio efectivo del derribo de las edificaciones que permitirán la ampliación de la terminal Ro-Ro y cambiarán por completo la configuración que presenta en la actualidad el tramo orientado hacia el muelle de Reparaciones. La empresa ourensana dispone de tres meses para demoler construcciones que en conjunto suman más de 7.000 m2, aunque el espacio que ganará el estacionamiento de vehículos nuevos se estima en 5.000 m2. Como se aprecia en la imagen, los trabajos comenzaron por los viejos almacenes de armadores.