La decisión del Sergas de colocar al director técnico de Medicina Nuclear en Galaria, el doctor Ramón Guitián, también al frente de este servicio en el Chuvi, ha irritado a los sindicatos. Los representantes de los trabajadores ven con preocupación que, con este movimiento, Sanidade camina en dirección contraria a lo que llevan años demandando: el trasvase al complejo de los servicios asistenciales que gestiona la empresa pública. Pero hay otro punto de esta decisión que no solo cuestionan, sino en el que observan "posibles ilegalidades": la designación libre -en vez de mediante un concurso, como se hace con las Jefaturas de servicio- y la elección de un profesional con contrato laboral y de fuera de la estructura de la Estructura Organizativa de Xestión Integrada (EOXI) de Vigo, echando mano de la figura de "coordinador de área compartida".

La coalición de sindicatos médicos Cesm-Omega ya ha puesto el caso en manos de sus abogados para analizar la posibilidad de denunciarlo en los juzgados. Uno de sus portavoces, Manuel Piñeiro, sostiene que "sobran personas dentro del sistema público, con vinculación estatutaria, para no tener que ir a buscar a un responsable fuera, a una empresa, y con contrato laboral". Además, observan un posible conflicto de intereses. Medicina Nuclear es una especialidad que utiliza isótopos radioactivos para pruebas diagnósticas de numerosas enfermedades -sobre todo, oncológicas-, así como para el tratamiento de otras como la artritis o los tumores de tiroides. De la producción y suministro de esos radiofármacos también se encarga Galaria.

Comisiones Obreras también exige que el nombramiento de un responsable "se haga por concurso público y que no sea por decretazo". El portavoz de la Federación de Sanidade, Ángel Cameselle, defiende que someter los méritos de los aspirantes a un tribunal es "lo lógico, lo razonable y lo legal". No descarta que el sindicato también lo lleve a los tribunales, como cuenta que ya han hecho con movimientos similares del Sergas.

En la Confederación Intersindical Galega también tienen "serias dudas" de que sea posible colocar personal laboral como coordinador de un servicio médico. Además, el delegado de CIG Saúde Manuel González Moreira, reprocha que unificar el servicio de Medicina Nuclear bajo el mando del responsable en Galaria es "lo contrario" a lo que llevan reclamando años: la absorción de los servicios clínicos de Galaria y que su personal se incorpore a la EOXI como estatutario. Señala que, si no existen profesionales con plaza fija en el servicio del Chuvi que puedan asumir la jefatura, es por la "falta de previsión" de la Gerencia. También duda de que sea posible mantener las cuatro plazas de médicos internos residentes (MIR) al haber solo un interino y dos doctoras con contratos temporales para hacer de tutores docentes.

Por otra parte, González Moreira denuncia que en la integración funcional de la unidad de resonancias de Galaria en el servicio de Radiología del Chuvi, que se ordenó en 2016, "no se están dando los pasos previstos".

En este servicio se evidencian los problemas de la división de un servicio en dos entes. A las resonancias solo tenía acceso la plantilla de Galaria y al TAC, la del Chuvi. Así, un mismo profesional no puede explorar a un paciente con la prueba que considere más apropiada o con ambas. Se organizan según la técnica y no se especializan por órganos y patologías, como sucede en el resto de hospitales. Los protocolos de integración estaban dirigidos a acabar con esta situación.