El centro comercial Camelias busca nuevos operadores para superar la difícil situación que atraviesan tras el cierre en septiembre de la última tienda de Inditex que le quedaba. Los cinco locales que dejó vacíos el gigante textil elevaron la superficie desocupada hasta un 40% y el recinto sobrevive gracias a la resistencia de pequeños negocios y un supermercado para los que estos meses se están convirtiendo en una "travesía por el desierto". Así lo explican los responsables de un establecimiento que negocia la implantación de nuevas firmas que lo revitalicen, pero que por ahora no tiene ningún acuerdo cerrado.

Han pasado cuatro meses desde el cierre de Zara y la comercialización de los espacios es compleja debido al tamaño de los locales y a que su ubicación solo permitiría unir dos de ellos dando lugar a una tienda de alrededor de 1.500 m2 que sí sería susceptible de acoger a una de las grandes marcas de textil que podrían capitanear el proyecto. A esta circunstancia se suma el hecho de que Inditex es propietaria de los cinco locales que dejó vacíos, de tal forma que negocia directamente con los potenciales clientes mientras la Gerencia del centro comercial entabla también contactos que luego les remite para abordar las condiciones económicas del contrato.

La intervención de una junta de propietarios limita la capacidad de gestión de la Gerencia, que carece de la libertad para emprender renovaciones de la que gozan recintos con otro régimen legal. La salida de las marcas de Inditex, que llegó a tener seis tiendas -Pull&Bear, Bershka, Stradivarius, Massimo Dutti, Zara y Uterqüe- fue la puntilla para un proyecto que suma una docena de negocios cerrados y uno de sus accesos principales clausurados con la salida de Zara, una entrada ahora ocupada por un cartel promocional de Gadis, que está ubicado en la planta baja.

Camelias tiene una superficie bruta alquilable de 7.500 metros divididos en 3 plantas, al margen de tres plantas de aparcamiento público que cuenta con unas 450 plazas. Las estimaciones iniciales que aún figuran en su página web pasaban por lograr unos 4 millones de clientes anuales, un objetivo alentado por su excelente ubicación en uno de los mayores núcleos poblacionales del casco urbano.

Sin embargo, el modelo no ha funcionado. Sus responsables reconocen que tiene que adaptarse a los nuevos conceptos de centro comercial y la distribución interna impide por ejemplo acoger a grandes firmas del bricolaje como hace unos meses llegó a rumorearse por la zona de Praza América o el nuevo formato de tiendas más grandes por el que está apostando Inditex, que acaba de comprar un solar en Príncipe para destinar cuatro plantas solo a Pull&Bear.

El establecimiento tiene "entre un 40 y un 45% de su superficie comercial vacía", según datos internos, lo que ofrece una imagen de decaimiento muy alejada de sus primeros años. Un buen ejemplo es la primera planta, donde sus dos principales locales a mano derecha están cerrados, los antiguos Zara y Massimo Dutti. Ahora el recinto busca a través de su Gerencia y de Inditex como comercializadora de sus cinco locales un nuevo referente que genere visitas y los prepare en dos años para el traslado de los juzgados hacia Pizarro.