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Clínicos vigueses dan aire a la Neumología hondureña

El neumólogo Manuel Núñez y la enfermera Mercedes Cuña, del Cunqueiro, formaron especialistas en un país donde casi no hay

El neumólogo (en el centro y de oscuro) en una intervención en Honduras

Sin formación especializada en el país, los únicos neumólogos que hay en Honduras son los que se han preparado en el extranjero. Casi se cuentan con los dedos de una mano y la mitad trabajan en exclusiva para los avanzados hospitales privados. Con dos tercios de su población viviendo en la pobreza, son pocos los que pueden acceder a ellos. El sistema público solo tiene un centro de referencia en enfermedades respiratorias para los casi nueve millones de habitantes, el Instituto Nacional Cardiopulmonar, conocido como "El Tórax". Para paliar la falta de especialistas, su jefa de Neumología, la doctora Suyapa Sosa, busca la manera de formarlos. En este contexto, aterrizaron en Tegucigalpa desde el Álvaro Cunqueiro el neumólogo Manuel Núñez y la enfermera Mercedes Cuña, dentro del Proyecto Horizonte de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), en colaboración con la Fundación Mundial de Broncoscopia (WBF).

Núñez, coordinador de la Unidad de Broncoscopia y Neumología Intervencionista del Álvaro Cunqueiro, y Cuña, enfermera experta en técnicas broncopleurales, fueron escogidos para este programa como integrantes de un servicio que se encuentra entre los seis punteros del país en estos procedimientos, que sirven tanto para diagnosticar como para tratar enfermedades respiratorias. El Chuvi realizan al año 1.400 broncoscopias y 300 procedimientos pleurales, de todas las complejidades, "casi hasta el máximo nivel de desarrollo" y espionero en la braquiterapia endobronquial. El equipo enviado a Honduras, en noviembre, lo completó el doctor Enrique Cases, presidente del WBF y jefe de Neumología Intervencionista de La Fé.

Uno de los objetivos fundamentales del programa es apoyar la formación a futuros neumólogos. El doctor Núñez explica que "la idea principal es sembrar el germen de neumólogos bien formados y darles la oportunidad de que vengan a completar su formación" a España, para lo que la Separ les dotará con becas. Apoyan así la pretensión de la doctora Sosa de crear un postgrado de Neumología en Honduras y realizaron gestiones ante la Administración, que se mostró "muy receptiva". Además, realizaron un curso teórico-práctico para médicos de América Central al acudieron profesionales desde Panamá, Guatemala y Salvador, además de los hondureños.

La formación también se dirigió a las enfermeras para su día a día y la respuesta fue enorme. "Venían incluso las que no estaban de turno y tardaban dos horas en llegar", cuenta Mercedes. Se propuso que se valoraran. "Son países en los que las mujeres son menos que nada y se tienen que dar cuenta que es una profesión sin la que ningún hospital del mundo funcionaría, tienen que trabajar en equipo", señala.

En su estancia de doce días en Honduras pudieron comprobar que la sanidad pública allí está en "otra dimensión". "Aunque vayas mentalizado, hasta que lo vives, no te das cuenta de que tienen menos de lo mínimo", explica Cuña. Con carteles en la entrada en los que la Dirección advierte de que "está terminantemente prohibido ingresar con armas de fuego", los pacientes tienen que aportar casi todo lo que no sea personal e infraestructura. Por ejemplo, llevan las sábanas y mantas de casa y si necesitan que los pinchen con una aguja, tienen que aportarla. En el hospital no hay Farmacia, por lo que cualquier medicamento que precise el enfermo tienen que salir a comprarlo. Los materiales que aquí se consideran fungibles o de un solo uso, allí se reciclan y algunas pruebas, como los escáneres, tienen que pagarlos en la privada. Solo les funciona un broncoscopio, cuando en el Cunqueirohay una veintena.

En su equipaje, los sanitarios de Vigo llevaban gran cantidad de material para donarles, así como un ecógrafo, del que carecían y que es fundamental para apoya el diagnóstico y hacer intervenciones con más seguridad, "para saber dónde te metes". Además, participaron activamente en la asistencia e intervinieron a una mujer para quitarle un hueso de res clavado en un bronquio.

"Aprendí lo mucho que se puede hacer con poco y que lo poco que les das lo aprovechan muchísimo, son como esponjas", resume Cuña. Núñez coincide: "Nunca vi a nadie tan volcado, es una experiencia fantástica".

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