Cuando, a los 28 años, Toni Bové dejó de ser jugador de baloncesto para pasar a cuidarlos, la figura del fisioterapeuta no existía en las canchas. Empezó como enfermero y participó en el nacimiento de esta especialidad en España. Tras 34 años como fisioterapeuta del primer equipo del Barça y nueve Juegos Olímpicos, el año pasado abandonó los banquillos y se dedica a la educación. Como asesor de Mutua Universal, esta semana estuvo con el equipo médico y de fisioterapeutas de PSA-Vigo.

- ¿Cómo de parecidas son las lesiones en la cancha y en la industria?

-Toda la experiencia del mundo del deporte es extrapolable al laboral. Cada actividad física tiene efectos positivos y negativos. Lo importante es trabajar en la prevención para que estos últimos sean los menos posibles y en PSA lo están haciendo. Tienen medios, ganas e ilusión en ello. También hay que educar a la gente para que sepa cuidarse.

- ¿Cuáles serían los consejos que le daría a los trabajadores?

-Punto uno, alimentarse bien. Dos, descansar. Tres, antes de trabajar, calentar las partes con predisposición a tener algún problema. Cuatro, trabajar. Y quinto, desenfriar. Esta parte que hemos cargado, enfriarla con hielo o con estiramientos para que al día siguiente estemos al 100%.

- Como en un partido.

-Más o menos.

- Eso no es habitual verlo.

-Pero será así en un futuro.

-¿ Porque la industria está copiando del deporte?

-No. El mundo del deporte es muy exigente y los que hemos estado muchos años dentro de él trabajamos en solucionar problemas ahora para ahora. Esto es totalmente compatible y aplicable al mundo laboral.

-¿ Cómo de extendidos están los equipos de "fisio" en las empresas?

-Cada vez más. La fisioterapia es una profesión muy joven. Si te vas al mundo del deporte, aún más. Antes estaban los masajistas o los curanderos. Y en el mundo laboral, como enfoque global, con prevención y tratamiento pensando en el futuro, se está empezando ahora. Se está dando en grandes empresas de todo tipo, que miran por la salud del trabajador.

- ¿Qué le ha traído a la planta de Vigo del Grupo PSA?

-He tenido una reunión con los médicos y fisioterapeutas para ver qué se hace y en qué podemos mejorar. Nos han parido para estar en movimiento y todo se recupera en movimiento por lo que el paciente debe aportar actividad y eso es lo que, el día de mañana, evitará que vuelva a lesionarse. Hay que estudiar los efectos negativos de una actividad para prevenirlos y, si suceden, hacer lo mejor posible para tratarlos. Después, una readaptación para que no vuelva a pasar. Para poder tratar mejor las lesiones, esta empresa adquirió nuevo material y hablamos de cómo usarlo para tener más éxito.

- ¿Cuáles y cómo funcionan?

-Magnetoterapia, que son corrientes magnéticas que sirven para regenerar el hueso, y diatermia, que es una especie de calor profundo de radiofrecuencia, para tejidos blandos con problemas, como en tendinitis o roturas de fibras. Ayuda a recuperar en menos tiempo. Hoy, son las técnicas punteras de la fisioterapia.

- Cuando usted empezó no existía la fisioterapia en el deporte?

-Empecé en esto en el 78 y fiché por el Barcelona en el 82. Por entonces, en la selección española de baloncesto estaba el curandero "O Bruxo" Torrado y mis jugadores me dijeron que utilizaba otras técnicas. Cogí mi maletita y me vine a Galicia a conocerlas y aún las uso hoy. Es un gran amigo.

- ¿Cómo ha evolucionado desde entonces?

-No tiene nada que ver. En los 80, cuando ibas a un pabellón no había ni camillas. Hoy tienes todos los medios. No hemos llegado al nivel de EE UU, pero vamos en camino. En mi primera olimpiada, la de los Ángeles del 84, eran 6 o 7 masajistas y solo dos fisioterapeutas. En la de Río, cada equipo tenía ya el suyo. A día de hoy es imposible imaginar uno sin él.

- ¿Qué le falta a la fisioterapia en este país?

-Confianza. Tienen muy buen nivel, solo les falta que se lo crean.