Los responsables del camping de Cíes se ofrecieron ayer a sacrificar una parte de sus plazas (800) para que la Xunta pueda cumplir su propósito de aplicar una rebaja mínima del cupo diario de visitas a la isla, 3.000 (2.000 para turistas y 200 de excursiones).

Esta propuesta será analizada en una próxima reunión entre ambas partes. A la de ayer asistieron representantes de todos los sectores turísticos -hostelería, hotelería, náutica, agencias de viajes y una naviera, entre otros-, pero los dueños del recinto de Cíes ya quisieron aclarar su "disposición a aceptar lo que sea más conveniente para la isla". Una actitud que agradeció la directora xeral de Natureza, Ana Díaz, aunque recalcó, como hizo el miércoles tras escuchar a los ecologistas, que ni el documento técnico del Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG) recoge cifras ni su departamento maneja de antemano la dimensión de la rebaja. Insistió en que será "poca" en Cíes, y dio por seguro, reiteró, la aplicación de un límite de visitas por primera vez en Ons, de 1.800.

"Apostamos por el turismo sostenible y estamos dispuestos a ceder en lo que haga falta", expusieron los responsables del camping. De hecho, pese a tener autorizadas 800 plazas, desde hace dos años que cierra las reservas al llegar a las 700 en aras de una "ocupación de calidad". "Queremos que la gente se sienta cómoda y como en un paraíso", subrayan. Así que una rebaja de su aforo teórico no supondría ni mucho menos un varapalo, sobre todo cuando promueven actuaciones de mejoras medioambientales vinculadas a la consecución de la Carta de Turismo Sostenible.

Explicaciones a las que Díaz respondió convocándoles a una reunión prevista para la próxima semana para no centrar el encuentro de ayer tarde en el edificio de la Xunta en la discusión sobre la afluencia. Además surgieron otros planteamientos interesantes. Como el formulado por el portavoz de las agencias de viajes, que solicitó la posibilidad de contratar plazas en los barcos y el camping con 9 meses de antelación para incentivar la comercialización de paquetes turísticos. O que el Plan Rector vele en las islas por la armonía arquitectónica y la integración con el medio natural. En el debate de este punto se puso como ejemplo de "distorsión" la edificación del restaurante de Rodas. A este respecto los representantes del Parque aseguraron que sus actuales concesionarios tienen proyectada una reforma que se está dilatando por los permisos exigidos por Costas.

También todos coincidieron en la necesidad de "esforzarse en hacer pedagogía" con el visitante con el objetivo de variar esa tendencia a viajar siempre en fines de semana. Derivando la demanda de Cíes a los días laborables se mejoraría la experiencia del turista y aliviaría la masificación en los festivos.