Solo afecta al 1,2% de la población pero produce fuertes molestias, inflamaciones dolorosas o infecciones recurrentes. Se trata de la sialadenitis obstructiva, o lo que es lo mismo, cálculos salivares; pequeñas piedras que colapsan los conductos submaxilares o glándulas parótidas impidiendo la salida de la saliva. Su tratamiento necesitaba de una cirugía abierta, realizando un corte en el conducto para extirpar el cálculo o si el daño era ya crónico, extirpando la glándula con su consiguiente riesgo de sangrado o de lesión de otros nervios. Hasta ahora. El hospital Povisa ha comenzado a utilizar una técnica pionera en Galicia que erradica el cólico con láser.

Se denomina sialoendoscopia y permite un tratamiento ambulatorio (el proceso dura poco más de hora y media) y mucho menos invasivo que el tradicional: con un endoscopio se dilata el conducto submaxilar con suero para alcanzar el cálculo, se fragmenta con láser y se extrae con cestillas o pinzas. La complejidad de esta técnica reside en el pequeño tamaño tanto del conducto como de los instrumentos utilizados y solo tiene un límite a su uso: el cálculo o piedra ha de ser menor de 8 milímetros.

Esta técnica fue descrita en 1990 por el doctor Phillipe Katz. Con él se formó la doctora Ana Eiroa, encargada de dirigir la aplicación de esta técnica de diagnóstico y tratamiento en Povisa. "Lo que hacemos es introducir un endoscopio muy finito a través del orificio por el que sale el conducto excretor de la glándula que te permite visualizar si hay tapón de moco, un cálculo o un pólipo y en el mismo acto si puedes ya lo extirpas con láser o extraer con unas pinzas", explica Eiroa.

¿Cuáles son las ventajas de la aplicación de esta técnica? Al no tener que abrir o realizar un corte en la mucosa se reduce "el postoperatorio, el dolor o la inflamación bucal". "Es un técnica muy delicada en la que hay que ir muy despacio para no romper tejidos por muy beneficiosa para el paciente", añade.

Aunque no es una dolencia común puede afectar a toda la población en general, siendo más frecuente en hombres de mediana edad. "No hay unas causas concretas que favorezcan su aparición, puede ser por genética, una mala higiene o alteraciones a nivel molecular en la saliva", anota la facultativa, que indica que si no trata a tiempo "puede provocar una obstrucción completa de la glándula y que la saliva se quede retenida e infecte gravemente".