Una de las labores que tienen los responsables de la perrera municipal es la recogida y esterilización de gatos callejeros. Hace unos años el gobierno local detectó una superpoblación de felinos en la ciudad y decidió ponerle freno. El procedimiento siempre es el mismo: se recoge a un gato en una zona concreta de la urbe, se le pone una etiqueta indicando su procedencia y se le lleva a las dependencias de A Madroa. Una vez allí es esterilizado en el quirófano que tienen dispuesto para ello, donde pasa varias horas tras la operación. Cuando el animal está completamente recuperado se le devuelve a su lugar de procedencia. Durante los tres meses de verano se actuó sobre más de 180 ejemplares. Hay que tener en cuenta que la temporada estival no es propicia para ello por las vacaciones de los veterinarios municipales.

La propia perrera municipal tiene una estancia destinada únicamente para estos animales. Los felinos que van llegando hasta sus instalaciones disponen de una habitación con diferentes juegos para que puedan estar entretenidos las 24 horas. Desde la dirección del centro se promueve su adopción, aunque se producen muy pocas cada mes. "A lo mejor tan solo salen de aquí con un nuevo hogar un par de gatos al mes. Nosotros intentamos fomentar su acogida porque son animales fantásticos", explica Vicente Viso.

Mientras tanto están atendidos con los mejores cuidados. "Disponen de un quirófano totalmente renovado, comen varias veces al día y se les limpia con frecuencia", señala el director.