El incremento de la movilidad en la Eurorregión norteña y entre Galicia y el conjunto de Portugal no solo deja "huella" en las estadísticas de tráfico. Las recepciones de los hoteles también son otro buen medidor del flujo de lusos. Durante los peores años de la crisis, los alojamientos de Vigo alertaron de la caída de la clientela llegada del otro lado del Miño, una de las más importantes por su proximidad. En los últimos años sin embargo el sector reconoce cierto aumento de ese perfil de cliente. Una recuperación que va pareja a la que experimenta la propia economía de Portugal, que padeció con dureza los efectos de la recesión.

Los desplazamientos entre Galicia y el norte de Portugal responden a varios factores. Además del intenso flujo de turistas, ambas regiones mantienen un estrecho vínculo industrial y comercial. El puerto de Leixoes genera un intenso tráfico con Galicia, al igual que el aeropuerto Francisco Sá Carneiro o las áreas industriales situadas en el norte del país.

Entre Oporto y Vigo opera un servicio regular de buses y el tren Celta, cuyas prestaciones se mejoraron en 2013 y que cuenta con dos frecuencias.