El gobierno local prevé contar antes de que acabe octubre con el diseño definitivo de la reforma de Gran Vía. La empresa Iceacsa Consultores ha solicitado una prórroga para afinar los detalles del que el alcalde considera "un proyecto revolucionario" para el casco urbano vigués que debería estar concluido en la primavera de 2019. Los presupuestos del próximo año incorporan una partida de 4,8 millones de euros para ejecutar el grueso de los trabajos. Los 650 metros de desnivel desde Urzáiz hasta Plaza de España se dividirán en cuatro grandes áreas definidas por la intersección de calles y la zona central frente a El Corte Inglés se convertirá en una gran plaza pública de 60 metros de ancho por 100 de largo en la que tendrán prioridad los peatones sobre los vehículos.

El gobierno local destinará parte de los 15 millones logrados de Europa con el proyecto EDUSI "Vigo Vertical" a instalar once tramos de rampas mecánicas para conectar la zona comercial de Príncipe con Pizarro y permitir el ascenso de Gran Vía en apenas tres minutos y de forma descansada. Se ha optado por hacer particiones en el recorrido mecanizado para que sea lo más poroso posible y permita que los usuarios puedan bajarse en cualquier momento para acceder a los negocios de ambos márgenes de la avenida.

"Los cuatro grandes tramos serán diversos en su planteamiento, empezando por la vegetación", avanzó ayer Abel Caballero, quien explicó que uno de ellos estará presidido por una fuente, que habrá una zona de esparcimiento con mesas y wifi abierto y que se introducirán elementos novedosos como "un juego de tecnología y naturaleza" y mecanismos para la obtención de energía mediante las pisadas de los peatones. "Va a ser una obra absolutamente sorprendente para la cual nos hemos fijado en algunos de los espacios urbanos y mejores bulevares de todo el mundo", destacó el regidor en alusión al High Line de Nueva York, un parque urbano elevado construido sobre una antigua línea de ferrocarril y diseñado con criterios de sostenibilidad en medio de la ciudad.

La vegetación jugará un papel fundamental para ir configurando diferentes espacios en superficie y el mayor cambio se aplicará entre las calles Ecuador y Venezuela con la reordenación de la avenida a nivel urbanístico y la creación de una plaza cuyos extremos permitirán cruzar a los peatones en cualquier punto a lo largo de Gran Vía al igual que ocurre ahora con el paso de Porta do Sol. Mediante semáforos se intentará liberar este espacio de vehículos y convertirlo en un nuevo punto de encuentro ciudadano a medio camino entre Urzáiz y la fuente de Los Caballos.

La senda mecanizada se irá hundiendo de forma progresiva en el terreno a medida que la calle asciende y siempre dentro de una cubierta acristalada. En los cruces con María Berdiales, Ecuador o Venezuela se elevará ligeramente la superficie del bulevar para que el habitáculo tenga siempre un mínimo de 2,5 metros de altura y contar siempre con luz natural.

El alcalde presentó ayer el proyecto junto al edil de Fomento, David Regades, a representantes de la dirección local y regional de El Corte Inglés, que salieron con "sensaciones muy positivas" aunque evitaron hacer valoraciones hasta que el diseño se traslade al conjunto de comerciantes de la zona antes de cerrar el proyecto constructivo y licitar los trabajos en el primer trimestre de 2018. El plazo de ejecución estimado es de un año, por lo que la transformación del bulevar estaría para primavera de 2019.