"No sé si teníamos licencia o no, pero si venía un alumno y nos pedía que le fotocopiásemos un libro lo hacíamos". Esta declaración de un trabajador de la copistería acusada junto a la de dos detectives que acudieron a este local y a otro del mismo sector también procesado en esta causa valió a la Fiscalía para solicitar una sentencia condenatoria contra los responsables de dos negocios de reprografía de la ciudad, uno situado en varias facultades de la Universidad y otro en la calle Torrecedeira, por haber supuestamente fotocopiado de forma íntegra varias ejemplares de una obra cuyos derechos de autor pertenecen a la editorial Reprogalicia, y por lo tanto, carecían de permisos para tales hechos. Se les acusa de un delito contra la propiedad intelectual y demanda para ellos una pena de un año de prisión y multa de 3.420 euros. La acusación particular, ejercida por el representante de la editorial reclama una indemnización cercana a los 30.000 euros por las cantidades que dejaron de ingresar con la venta de sus ejemplares.

Ambos encausados se sentaron ayer en el banquillo del Juzgado de lo Pena 2 de Vigo, donde reiteraron su "desconocimiento" de los hechos. La administradora del local emplazado en la calle Torrecedeira aseveró que aunque ella era la "responsable" del negocio, no sabía lo que ocurría "cuando yo no estaba". "Los trabajadores saben lo que tienen que hacer, pero cuando yo no estoy en la tienda, no sé lo que hacen. Si algún trabajador fotocopió obras no fue con mi consentimiento", explicó la acusada, quien aseguró que todo el procedimiento se debía a una "persecución y acoso constante" del representante de Reprogalicia.

Por su parte, el otro acusado declaró "no encontrarse al frente del negocio" en el momento en el que presuntamente tuvieron lugar las fotocopias indiscriminadas de libros al encontrarse de baja por enfermedad. Su declaración fue corroborada, en parte, por uno de los detectives contratados por la editorial afectada, quien sí reconoció haber acudido a uno de las copisterías con un libro de Reprogalicia para pedir que se lo fotocopiasen. "No me pusieron trabas, el día siguiente me lo dieron encuadernado y no me preguntaron nada más", explicó uno de los profesionales, mientras que el segundo detective asegura que en el local de la facultad de Económicas le dijeron que "no había problemas por la fotocopia mientras no se enterase Reprogalicia".