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"Los forenses están expuestos a riesgos"

La sala de autopsias del Nicolás Peña carece de sistema de ventilación adecuado pese a trabajar con sustancias como el formol o realizar necropsias a fallecidos intoxicados por gas

La sala de autopsias y al fondo, una de las dos ventanas, único modo de ventilación al carecerse de los sistemas adecuados. // M.G.B.

Una sala de autopsias que carece de elementos básicos que eviten incluso riesgos de salud para los médicos forenses y auxiliares que trabajan allí, como la inexistencia de atmósfera negativa o de campana para los vapores del formol -sustancia que se emplea para las muestras y considerado cancerígeno a largo plazo-. La ventilación sólo se puede hacer hacia la calle a través de dos pequeñas ventanas. Y una sala con otras graves deficiencias como que se acumulen carros repletos de lencería hospitalaria en el pasillo por el que son transportados los cadáveres o que la rampa de acceso por la que se introducen estos cuerpos sea la misma donde están los colectores de los desperdicios de la cocina del hospital. Este escenario fue el denunciado por CIG-Xustiza tras desvelar que el servicio de prevención de riesgos laborales de la Xunta ha hecho una inspección en la sala del Hospital Nicolás Peña donde los forenses de la subdirección viguesa del Imelga hacen la mayoría de necropsias. Y que ahora fuentes de esta sede del Imelga confirman, incidiendo, entre otras cuestiones, en que las condiciones de las salas no cumplen los requisitos mínimos que eviten "riesgos biológicos y químicos".

Algunas deficiencias que puso de manifiesto el sindicato y que comparten las fuentes de los forenses consultadas son las siguientes:

| Sin campana para los vapores del formol ni suficientes mascarillas. "En todas las salas de Anatomía Patológica tienen esas campanas", afirman las fuentes judiciales. Pero la única forma de ventilación en la del Nicolás Peña son unas ventanas que dan acceso a un camino público. El formol que usan allí para muestras puede ser cancerígeno a largo plazo. "Es necesario un sistema de ventilación adecuado; una campana y mascarillas suficientes para que los forenses trabajen sin riesgos", afirman. La problemática se nota también cuando estos profesionales hacen necropsias a intoxicados por monóxido de carbono, por butano... "Al no haber ventilación, cuando estás haciendo la autopsia respiras todo el gas", ilustran.

| Carros con ropa hospitalaria por donde se trasladan los cadáveres. "Se acumulan carros repletos de lencería hospitalaria en el pasillo por donde entran los cadáveres", afirman. La sala de autopsias está cerca de las cocinas y los forenses no pueden usar la calefacción general ni en el despacho ni en el vestuario. Sólo tienen un vestuario. "Y allí sólo hay una ducha", dice la CIG.

| Mesa de autopsias no regulable. "Una autopsia exige un trabajo físico importante", afirman. La situación se complica en el Nicolás Peña ya que la mesa no es regulable. Las cámaras frigoríficas tampoco se ensamblan bien a la camilla de traslado de los cadáveres ni ésta a la mesa de la necropsia.

| Lejos de los juzgados. Junto a las condiciones de la sala, ésta se encuentra lejos de los juzgados, donde está la sede del Imelga. De cara a la Cidade da Xustiza, lo que se pide es que todo el Imelga esté junto allí. Y en instalaciones dependientes de Xustiza. Ahora la sala de autopsias depende del Sergas.

Autopsias a extranjeros que estaban de paso en Vigo y de los que se carece de historial sanitario

  • A la hora de hacer una autopsia, los forenses tienen ya acceso a la historía clínica electrónica de esa persona, a su historial sanitario. Pero carecen de esta información cuando se da por ejemplo el caso de un fallecido extranjero que estaba de paso en la ciudad.Situación que no es excepcional. "Vigo es una ciudad con movimiento, con puerto y aeropuerto internacional, y que se puede dar la circunstancia de tener que hacer una autopsia a personas de fuera que no se sabe lo que tienen; con las condiciones actuales de la sala, es exponerse a riesgos", afirman las fuentes consultadas. Un ejemplo fue la alarma creada en 2015 por la muerte de un tripulante indio del buque Granato, al temerse que se tratase de una enfermedad contagiosa. Esa autopsia, que concluyó que fue una infección respiratoria, se hizo en Vigo. "De fallecidos que son de fuera no hay acceso a una historia clínica antes de hacer la necropsia", señalan.

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