La rotonda de Isaac Peral, los accesos a la VG-20 o a la autopista que conecta Vigo con Baiona, estación marítima e inmediaciones del Puerto olívico. Estos puntos de entrada y salida a la ciudad generan a diario un gran movimiento de vehículos y por lo tanto de personas y mercancías. Son puntos señalados con especial atención por parte de los agentes de la Policía Nacional que patrullan en Vigo. Desde que el pasado mes de junio de 2015 entró en vigor el nivel 4 de alerta terrorista, el segundo más alto, el número de controles ejercidos por los agentes nacionales se disparó llegando a superar el millar a lo largo de este año.

La Unidad de Intervención Policial (U.I.P.) es la que se encarga de montar y llevar a cabo estos controles. La Comisaría de Vigo cuenta con un total de 110 agentes destinados a este servicio. Sus funciones se basan en la prevención, vigilancia y sobre todo, disuasión. "No son controles en los que prima la detención de sospechosos, sino en disuadir a aquellos que pretendan llevar a cabo alguna acción ilegal en el territorio de Vigo", señalan desde la comisaría de López Mora. Según indican estas mismas fuentes, nunca se ha procedido a la detención de ninguna persona en estos controles, pero la ausencia de incidentes y atentados en la ciudad "demuestra que el trabajo se está haciendo bien y que son un elemento disuasorio importante".

Los agentes de la U.I.P. realizan una media de cinco controles al día con una duración de entre 20 y 30 minutos. En este periodo de tiempo, decenas de coches son inmovilizados para su revisión y cacheo. "Se denominan paradas selectivas ya que no se mira a todos los vehículos que circulan por nuestro punto. Solo se les manda parar a aquellas personas sospechosas de poder cometer algún acto ilícito", apuntan fuentes policiales. Los agentes revisan a fondo el turismo, moto o furgoneta, tanto su documentación como el interior y fondos del mismo. También requieren la identificación de las personas que lo pilotaban.

En caso de que los agentes descubran algo extraño en la inspección del transporte o de la persona, un vehículo camuflado que se encuentra próximo a la zona de control seguirá a dicho coche para cerciorarse si los indicios delictivos son correctos o no. Aunque estos controles tengan una finalidad antiterrorista, también dieron resultado a la hora de la introducción de sustancias estupefacientes en la ciudad. El mes de julio del año pasado, en una de estas vigilancias se incautaron 3 kilos de heroína de un vehículo, cuyo piloto y acompañante fueron detenidos y puestos a disposición judicial.

Estos dispositivos de control no son estáticos ni tampoco solo viales. Cuando hay un evento que comporte una gran aglomeración de gente, como por ejemplo un partido en Balaídos o en épocas puntuales del año como navidad, su actividad se dispara a zonas como Peinador o las estaciones de tren de Guixar y Urzáiz. En cada partido del Celta se despliegan en los aledaños del campo hasta 24 agentes de la U.I.P. .